El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) destacó el legado del Premio Cervantes de Literatura 2007, Juan Gelman Burichson, quien falleció ayer en esta ciudad a los 83 años de edad.
En un comunicado, el órgano cultural informó que los restos del poeta argentino, ganador de los premios "Juan Rulfo", "Reina Sofía", "Ramón López Velarde" y la Medalla Bellas Artes, serán velados en una funeraria ubicada al centro de la ciudad.
Gelman consideraba que "la poesía es resistencia frente a un mundo que se vuelve cada vez más cruel, cada vez más terrible, deshumanizante, porque todo lo que pasa no está fuera de lo humano, y que la palabra es una forma de resistencia muy clara frente a todo esto", refirió el Conaculta.
El escritor José Bru subrayó que en su obra literaria, el vate argentino podía hacer suya la desesperación e importancia de un hombre sin trabajo, se solidarizó con los trabajadores que no ganan lo suficiente, con las obreras, los mineros y los peones de ferrocarril.
Igualmente, con los niños pordioseros, las mujeres sin techo, las víctimas de torturas, los prisioneros y las víctimas de Auswith.
Algunos estudiosos de su obra señalaron que el estilo de Gelman partió de un realismo crítico y del intimismo, en su poesía se puede distinguir la constante presencia de la cotidianeidad, el tono político, la denuncia, la indignación ante la injusticia, los niños y el exilio.
El jurado que le otorgó el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe "Juan Rulfo" refirió que su vasta obra se caracterizó por la apropiación de múltiples facetas poéticas y culturales con las que dialoga, entre ellas la poesía mística, la española, la hebrea, la poesía estadounidense y latinoamericana, así como la cultura popular.
Durante la entrega de la Medalla Bellas Artes a Gelman, en 2012, el académico Hugo Gutiérrez Vega destacó que la poesía de Juan Gelman está llena de preguntas y de admiraciones, las cuales definió como reflexiva y lúcida.
"Juan ejerce el oficio de la poesía día y noche, con dolor, con amor, bajo la lluvia y en la catástrofe, lo hace obligado por el dolor del mundo y por las separaciones, pero también por los besos del encuentro, por eso trabaja con palabras que son como sangre. Su poética llega a un extremo solidario que supera las limitaciones del individualismo cerrado", acotó Gutiérrez Vega en aquella ocasión.
El cronista Carlos Monsiváis (1938-2010) escribió en el texto "Juan Gelman: ¿Y si Dios dejara de preguntar?", que la obra del traductor trata de ir y venir entre las atmósferas de todos los días y la reflexión sobre la escritura poética.
"Gelman describe su oficio casi al principio de su trayectoria, años más tarde, añade la pesadumbre de la patria perdida, de los seres amados destruidos por la dictadura, de la revolución que no llegó, del exilio que se compensa de un modo substancial por los nuevos arraigos, de la composición de circunstancias", destacó Monsiváis.
Añadió que "si los temas de Gelman no son tantos, son incontables sus métodos para describirlos, incorporarlos a otras multitudes de símbolos o de realidades que fueron o serán símbolos".
El escritor mexicano mencionó que el poeta siempre es sorprendente en la medida en que sus soluciones literarias no vienen de la monotonía del hallazgo petrificado, ni de los fuegos de artificio de quien diseña sus maestrías para ya no molestarse en ejercerlas.
En una entrevista concedida a un diario español, Juan Gelman señaló que no creía llegar a los 100 años de edad, "y eso que soy un pretencioso, cuando alguien me da la mano para bajarme de la camioneta le digo que no estoy tan viejo. No desdeño la vida, quiero ver casarse a mis nietos, ver si me dan algún bisnieto... Creo que Dios, si existe, debe estar aburridísimo de su eternidad".
Gelman fue hijo de emigrantes judíos ucranios, comenzó sus estudios universitarios de química en 1984, mismos que abandonó para dedicarse a la poesía y al periodismo.
Producto de su actividad periodística y política vivió en el exilio entre 1975 y 1988, lapso en el que vivió en Roma, Italia; Madrid, España; Managua, Nicaragua; París, Francia; Nueva York, Estados Unidos y México, país en el que residió hasta el final de sus días.
Publicó su primer poema en la revista "Rojo y negro" a los 11 años de edad, en 1955 fundó, junto con otros poetas el grupo "El pan duro" y una año más tarde dio a conocer su primera obra "Violín y otras cuestiones".
Figuran entre sus títulos de poesía "Oración de un desocupado", "El juego en que andamos", "Velorio del solo", "Gotán", "Los poemas de Sidney West", "Fábulas", "Cartas y Relaciones", "Hacia el sur", "Com/posiciones" y "Anunciaciones", entre otras.