El poeta José Emilio Pacheco, falleció este domingo a los 74 años, engrandeció la literatura mexicana con una obra sobria, comprometida y mayoritariamente escrita en verso, con una humildad que le hizo rechazar hasta el último momento el título de mejor poeta mexicano vivo.
"Lamentamos el fallecimiento de José Emilio Pacheco. Nuestro pésame a sus familiares y amigos", afirmó el oficial Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) en su cuenta en Twitter.
Laura Emilia Pacheco, hija del laureado escritor, confirmó a los periodistas el deceso de su padre en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, al sur de la capital, donde ingresó la mañana del sábado por causas que no fueron reveladas inicialmente por la familia.
"No soy el mejor poeta de México, ni siquiera el de mi barrio", ironizaba en 2009 el escritor, recordando que vivía muy cerca del poeta argentino Juan Gelman (1930-2014) en el residencial barrio Condesa de Ciudad de México.
La muerte del autor de "Batallas en el desierto" (1981) llega apenas 12 días después de la de su amigo Gelman, dejando aún más huérfana de referentes a la poesía latinoamericana.
Nacido en la capital mexicana el 30 de junio de 1939, Pacheco era uno de los escritores más queridos de México por su sencillez y por la categoría de su obra, que le hizo merecedor en 2009 del premio Cervantes, el más importante de las letras en español, y ese mismo año del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
A menudo comparado con su compatriota Octavio Paz (1914-1998), premio Nobel de Literatura y con quien trabajó en la antología "Poesía en movimiento" (1966), Pacheco reflexionó en su variada obra sobre cuestiones existenciales, éticas, pero también sobre la historia y cotidianidad de su país.
"Cada poema de Pacheco es un homenaje al no, al tiempo, que para él es el agente de la destrucción universal, y a la historia, que para el escritor es un paisaje de ruinas", escribió sobre él Octavio Paz.