Después de cuatro meses de remodelación y previo a los festejos por su 50 aniversario, el Museo Nacional del Virreinato (MNV) reabrió cuatro de sus salas, donde se presenta la exposición permanente "Oriente en Nueva España".
Esta exhibición cuenta con 110 piezas, entre marfiles, porcelanas, enconchados y taraceas, una técnica ornamental árabe que consiste en incrustar marfil, hueso y plata en la madera, explicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En un comunicado del INAH, el director del MNV, José Abel Ramos, explicó que la muestra tiene antecedentes en la década de los años 70 del siglo XX, con la exposición permanente "Comercio con Asia", y en la exhibición temporal "El Galeón de Acapulco", montada en 1976.
A su vez, la curadora de la exposición "Oriente en Nueva España", Verónica Zaragoza, la intención del MNV es mostrar las colecciones del museo, resaltando la iconografía, color, forma y estilo de las piezas, y no solo hacer un recorrido histórico de cómo la Nao de China viajaba de Filipinas a Nueva España y viceversa.
La también investigadora del museo añadió que con esta nueva curaduría se busca igualmente mostrar el intercambio artístico que se dio a partir de la llegada de la Nao de China.
Además, continuó, se intenta rescatar el concepto de Oriente, ya que no todo era China y durante el Virreinato no se hacía distinción entre los países asiáticos.
La muestra, explicó el INAH, está organizada con una sección introductoria, dos salas dedicadas a piezas de marfil, una a las porcelanas y la última para obras taraceadas y enconchadas.
Con esta remodelación "queremos que se observen las obras y que a la vez se aprecie el inmueble, para lo cual se puso una luz fría en los muros y una cálida en las vitrinas, se trata de un diálogo entre el inmueble histórico y la exhibición", detalló al respecto Diego Gaytán, responsable del discurso museográfico.
Vírgenes, niños Dios, ángeles, demonios y Cristos, algunos con marcados rasgos orientales, se pueden observar en las salas de marfiles, mientras que en la de porcelana se exhiben cuencos, tazas, tibores, platos de porcelana azul y blanca y porcelana japonesa, expuso el instituto.
En la última sala se presentan seis pinturas enconchadas nunca antes expuestas, en las que se hace una alegoría de la oración del Credo, en tanto que en la parte de taracea se exhiben una silla y varios baules decorados.
Durante los trabajos de remodelación, destacó el INAH, se descubrieron cuatro pinturas murales que representan la advocación de la Virgen María con el Niño, las cuales fueron estabilizadas e intercaladas en el nuevo discurso museográfico.