Una treintena de imágenes (90x60 cms), captadas por la lente de Susan Luna, Cristóbal Trejo y Salvador Flores, integran la muestra “Otras miradas, otros carnavales”, que da cuenta de cómo expresan sus tradiciones diversas comunidades afromestizas de Veracruz.
Abierta al público desde la semana pasada y hasta el 24 de abril, la exhibición puede visitarse en el Ex Convento Betlehemita, sede del Instituto Veracruzano de Cultura (Ivec).
En declaraciones difundidas por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), la antropóloga Lorena Acosta Vázquez, jefa de la Unidad Xalapa de Culturas Populares, explicó que el espectador encontrará miradas en torno a las fiestas de carnaval celebradas en Almolonga, Alto Tío Diego, Blanca Espuma, Cerrillos, Coyolillo, Espinal, Providencia y Chicuasén, todos con asentamientos afromestizos.
La investigación, relató, arrancó con un encuentro que sostuvieron con más de 250 danzantes de las ocho localidades, con quienes se realizó un taller de reflexión sobre la problemática que están viviendo para mantener la expresión en términos de organización social comunitaria e indumentaria.
Luego de analizar la situación en mesas de trabajo con los representantes de cada comunidad, hubo un intercambio festivo en el que las localidades salieron a danzar, realizando una representación muy similar a la del carnaval.
De esa experiencia se desprendió el proyecto que culminó con “Otras miradas, otros carnavales”, en el que se revela la forma en que las comunidades afromestizas se expresan en sus carnavales.
“Este carnaval también se realiza en las mismas fechas de las festividades que marca el calendario religioso, con la particularidad de que visten túnicas de colores fuertes, estampados y con muchos tonos brillosos, además de que portan una máscara de madera, que hace alusión a un toro, por eso se les dicen los toros”, especificó.
Esa máscara, que por lo regular lleva una cornamenta, es el complemento del atuendo, además de que portan una especie de gorro alto adornado con papeles de colores, abundó.
Cada comunidad le da una característica que la distingue de las demás en cuanto a los colores de los gorros, los diseños de las máscaras y el acompañamiento musical que generalmente es son jarocho.
De hecho, relató, se forman agrupaciones de toros o de disfrazados que pueden ser de 20 o hasta 100 integrantes que recorren sus comunidades.
Según Acosta, con la investigación se pudo constatar que en estos carnavales se mantiene la ruptura del tiempo cotidiano, cumplen el festejo en un periodo que antecede a la cuaresma, mantienen anónima la identidad a través de la máscara, la ostentosidad y el derroche de color.
En las comunidades veracruzanas, añadió, el carnaval es un tiempo distinto, posee la tradición propia de una fiesta: sus días son contrarios a los habituales, tienen un trastoque de la realidad que provoca cambios en las formas organizativas, se desplazan los roles de la autoridad, otros retoman el orden.
"Se pueden aparentar combates floridos, cópulas sexuales, luchas corporales, mofas sociales o lo que sea para simular pugnas entre los participantes y los espectadores, entre los buenos y los malos: la dicotomía final entre el bien y el mal".
Se observa que cada región de la entidad presenta características diferentes de esta celebración, como una explosión de colores, un derroche de música y danza, un devenir de entes malignos, una comparsa o un ritual, que tienen como fin último ligarse a la religiosidad popular que precede a la Semana Santa y da inicio a los ciclos agrícolas y ganaderos de muchos pueblos y comunidades.
En la muestra, el espectador encontrará miradas en torno a estas fiestas celebradas en Mixtla de Altamirano, municipio ubicado en la Sierra de Zongolica; de las ocho localidades de la Cañada de Actopan, en el centro del estado, y la fiesta de carnaval por todos más conocida en el puerto de Veracruz.
La exhibición forma parte de los proyectos coordinados por la subdirección de Desarrollo Cultural Regional del Ivec y el Programa para el Desarrollo Integral de las Culturas de los Pueblos y Comunidades Indígenas (Prodici), concluyó.