La cosa del mar a escena

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Seres aparentemente perfectos con una vida de lujos y satisfacciones materiales son llevados por un barco a la deriva al encuentro con ellos mismos y a una reflexión sobre la sociedad actual, acechados por un misterioso monstruo que amenaza con devorarlos, es lo que plantea la puesta en escena La cosa del mar.

Cinco tripulantes de un barco a la deriva caen en la desesperación por ser rescatados, dejando salir lo peor de sus miedos y rencores. Karla, mujer que compensa sus fracasos personales con los éxitos laborales; su hijo, Ronny, desencantado de la vida y aficionado de la tecnología; su amiga alcohólica; Boris un eterno adolescente, y una camarera romántica y bondadosa.

La cosa del mar se presenta en el Teatro Helénico los martes a las 20:30 horas, obra que ofrece una mezcla de suspenso y humor negro en la que se abordan temas como la presión social, la decepción de la modernidad, la doble moral y el papel del arte actual.

En entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Luis López, dramaturgo y director de la obra, cuenta que en sus escenas, La cosa del mar propone una reflexión sobre la sociedad actual, tocando diferentes temas a través de cada uno de los personajes.

Por ejemplo, Karla, quien es un personaje que es directora de un hospital y es por quien se celebra una fiesta en este barco que quedará a la deriva y ella aparentemente se presenta como una mujer exitosa, adinerada, con la vida resuelta, con la familia perfecta y todo solucionado, pero conforme pasan los días en altamar, esta mujer que al principio se muestra tan segura saca a flote su verdadera naturaleza, que es la de un ser imperfecto, con mucha insatisfacción en su vida, donde el éxito y el dinero no le han resuelto muchas de sus necesidades como ser humano.

Es así que la obra va caminando en una línea que recorre cada uno de los personajes, con problemas tan actuales como la del hijo de Karla, quien se encuentra ensimismado, desesperanzado y cuya visión del mundo está ligada a la tecnología.

 “Es un chico que está totalmente sumergido y enajenado con el mundo de la tecnología, por ello durante la estancia en el barco todos los personajes constantemente reflexionan sobre el hecho de que su forma de ver las cosas no está bien, pues vive en un mundo que no es real y defiende su perspectiva de que la tecnología le ofrece un mundo mejor, más satisfactorio y pleno. Es así que cada uno de los personajes plasma su punto de vista y lo defiende confrontándose con el mundo de los otros”, refirió Luis López.

Por su parte, el actor y dramaturgo Rodrigo Segovia, quien encarna al eterno adolescente Boris, personaje que con su hedonista naturaleza encontrará una manera de sobrevivir, afirma que La cosa del mar que los personajes imaginan como un monstruo acechante es el temor a la vida misma.

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