La última hazaña del cronista Guillermo Tovar de Teresa, quien cumpliría hoy 58 años de edad, fue denunciar, a través de la red social “Facebook”, el daño provocado a la estatua ecuestre de Carlos IV, conocida popularmente como “El Caballito”.
De acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en el homenaje al historiador, realizado el 7 de agosto pasado, el secretario de Cultura del Distrito Federal, Eduardo Vázquez Martín, destacó que Tovar de Teresa usó las redes sociales para "denunciar con valor la incuria de nuestros gobernantes y la especulación con el patrimonio, al que defendió en numerosas ocasiones, sin otro interés que el respeto por nuestra historia y cultura".
De hecho, refirió, a lo largo de los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2013, el cronista organizó un grupo de reflexión y acción en defensa de la estatua de “El Caballito”.
En el foro de discusión de Facebook, “El Caballito. Conservación”, cobró fuerza la crítica por la intervención errónea de la estatua fundida por Manuel Tolsá (1757-1816), la cual fue dañada al intentar limpiarla con ácido nítrico.
En el mismo homenaje al historiador, el poeta Homero Aridjis recordó que Guillermo Tovar de Teresa era nombrado “El niño Tovar” por Fernando Benítez, pionero del periodismo cultural de México.
“Se le llamaba así porque tuvo una actividad pública muy intensa desde antes de terminar sus estudios de primaria, cuando buscó y comenzó a dialogar y debatir abiertamente temas de arte colonial con el historiador que entonces era el titular de la cátedra de arte colonial en la UNAM, Francisco de la Maza”, refirió el poeta.
La actividad pública de Guillermo Tovar lo tuvo cerca de la política, pero su actividad se decantó más por la acción desde la sociedad civil.
A los 30 años de edad fue nombrado cronista emérito de la Ciudad de México, pero decidió proponer un nuevo mecanismo para registrar la memoria de la capital: un Consejo de la Crónica.
La lista de campañas y esfuerzos de Guillermo Tovar, quien falleció el 10 de noviembre de 2013, para defender edificios y zonas históricas de la ciudad lo llevaron a hacer numerosas caminatas y búsquedas de recintos y documentos por la capital de la República.
Sus esfuerzos se reflejaron en campañas de defensa a colonias como la Roma, Hipódromo Condesa o en barrios centenarios, como La Merced.
Además de sus argumentos, textos y entrevistas difundidos en periódicos y redes sociales, el historiador dejó un legado de 39 obras escritas en 44 volúmenes y una larga lista de documentos históricos recuperados y donados al Archivo General de la Nación y al Museo Nacional de Antropología e Historia.