Amigas queridas hoy vamos a hablar de un gran placer que es el “buen comer”. Para disfrutar del bien comer, no es necesario sólo un buen platillo. Es tener toda la actitud de realizar a través de la comida, todo un ritual de placer y de amor.
El platillo que se trabaja con dedicación, y se adereza con amor, es el más suculento. Sólo aquellos platillos que están hechos con la verdadera intención de agradar, son los que suelen ser los más sabrosos (están hechos con amor) El placer del “bien comer inicia” desde la procuración de los alimentos. Disfrutar de esas compras de mercado, los olores y colores de cada puesto, incluso te sugiero ir a mercados especializados como la central de abastos, o las tiendas de autoservicio que son más pequeñas y que no implica un suplicio de horas andar recorriendo pasillos. Te recomiendo hacer tu lista de menú semanal o quincenal, eso te permitirá optimizar tus compras y no desperdiciar en artículos que no emplearás, estamos en una época que cualquier ahorro es importante.
Una vez que tenemos todos los ingredientes, hay que prepararlos previamente, teniendo, al puro estilo de los chefs de programas de televisión, todos nuestros ingredientes, previamente picados, lavados, desinfectados y dosificados, listos para iniciar la preparación. Es importante contar con ollas y sartenes en buen estado. Más vale tener pocos pero bien, que muchos sin asa y despostillados. También ten a la mano, todos los cucharones de servicio, cuchillos, pinzas y demás utensilios que necesites emplear, para que no se te vaya a quemar la comida por andar buscándolos a la mera hora. Es importante contar con una bonita vajilla para servir los alimentos. No porque sea la comida del diario, tienes que servir en platos de plástico o despostillados, acuérdate que la comida también entra por los ojos. Tener una mesa bien servida, habla de la importancia que tus comensales tienen para ti. Las mejores vajillas, para los seres que más quieres tu familia. En tu mesa procura que siempre haya flores naturales (no muy altas) para que permitan la visualización de todos los miembros de la mesa. Siempre procura tener un sello personal en tu mesa. Un tipo de flores, un jarrón especial, un adorno, canelas en la mesa, un chocolate en los platos, algo que cuando todos se sienten a la mesa, sepan que tú eres la que lo preparó y cuando ya no estés lo recuerden. Algo también muy importante. Cuando sirvas la comida hazlo bien arreglada y peinada. Una cocinera desaseada o desarreglada, demerita el valor de sus alimentos. El momento de los alimentos es el pretexto de reunión de la familia. Fuera música o televisiones. Abre espacio para la comunicación de la familia, y siempre sirve con un beso o una caricia.
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ANDREA DE LA TORRE
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