José Valero Silva explica en “El Libro de la Charrería" que el atuendo de dicho grupo consistía en un sombrero de ala ancha y recta, calzón de manta largo cubierto por un pantalón de gamuza abierto de la parte baja y abrochada por una botonadura. Además, una chaqueta corta con una botonadura vistosa.
Uno de los distintivos del país en el mundo es el traje de charro. Sombrero de ala ancha, pantalón con chaparreras, chaqueta con botonadura vistosa y botines, aunados a la música de mariachi, integran un motivo de nostalgia para los mexicanos que están fuera de su patria.
El personaje que monta a caballo, usa pistola para encarar a sus enemigos y una guitarra para atraer a las mujeres con canciones rancheras, también es hábil en faenas del campo como lazar y montar reses bravas, como elementos de un deporte nacional denominado charrería, cuyo día nacional es el 14 de septiembre.
El charro y su vestimenta se popularizaron gracias al cine. La llamada Época de Oro de la filmografía nacional hizo de Pedro Infante y Jorge Negrete a dos de sus más famosos exponentes. Sin embargo, personajes de otros ámbitos se distinguieron por vestirse de charro, como el ex presidente Pascual Ortiz Rubio, cuya fotografía con ese atuendo se exhibe en el Museo de la Charrería, en el Centro Histórico.
El origen de lo que hoy conocemos como traje de charro es mucho más remoto que las películas filmadas a mediados del siglo pasado.
Durante la segunda mitad del Siglo XIX, los chinacos, hombres dedicados a las faenas del campo, empleaban la vestimenta que más tarde se convertiría en el traje de charro moderno.
José Valero Silva explica en “El Libro de la Charrería" que el atuendo de dicho grupo consistía en un sombrero de ala ancha y recta, calzón de manta largo cubierto por un pantalón de gamuza abierto de la parte baja y abrochada por una botonadura. Además, una chaqueta corta con una botonadura vistosa.
Dicho grupo se volvió famoso durante la segunda intervención francesa en México por su habilidad en el manejo de las lanzas y la reata, con la cual lograron despojar de armamento al enemigo, así como numerosas bajas en el ejército invasor.
El traje llamó la atención del emperador Maximiliano de Habsburgo, quien de inmediato lo adoptó como una forma de identificarse con sus súbditos.
De acuerdo con datos del Museo de la Charrería, luego de recorrer diversas haciendas del país, Maximiliano hizo algunos cambios al traje de chinaco, como ajustarlo de la parte baja, a la moda europea de la época, conservando la botonadura e incorporando botines de tipo militar.
Además, mandó confeccionarlo en color negro, con lo que surgió el traje de charro de etiqueta, y lo registró en Viena, Austria.
En tanto, el sombrero sufriría aún diversas modificaciones, pues pasó del de ala ancha y plana, propio de los chinacos, a otro de ala curva en su circunferencia, así como copa tipo “piloncillo”, muy usado en la época de la Revolución Mexicana, hasta los cuatro principales empleados en la actualidad.
Dichos tipos son el Cocula, Pachuca, Puebla y San Luis, cuyas diferencias más notables son la curvatura y el ancho del ala, así como las llamadas “pedradas”, que son los hundimientos que tiene en la copa.
Respecto a los tipos de traje, la Asociación Nacional de Charros menciona cuatro en su sitio de Internet, que son el de faena, compuesto por sombrero de palma, trigo o fieltro.
Además, camisa, pantalón con aletón, saco de tela o gamuza sin adornos y en tonalidades de café, bayo o gris, así como “corbata discreta de moño colgante estilo mariposa”.
El traje de media gala consta de sombrero de fieltro adornado con figuras de plata denominadas chapetas, camisa de cuello volteado, pantalón con adornos de gamuza en los lados, chaqueta de gamuza o casimir con tres presillas en cada manga y broche lujoso en el pecho, así como una corbata que combine con el color del traje.
En tanto, el de gala “debe ser de preferencia gris, azul obscuro, negro o sus variantes incluyendo la gamuza, con sombrero galoneado y botonadura de plata desde la cintura hasta el tobillo, exige adornos discretos pero finos”.
Las características del traje de gran gala o etiqueta son el color negro o variantes de gris obscuro, botonadura fina, sombrero de fieltro fino gris o blanco, chaleco con botones pequeños que combinen con la botonadura exterior, cinturón con hebilla de plata discreta, de preferencia liso o bordado en plata, así como botines negros.
Más allá de tipos, colores o adornos, el sombrero de ala ancha, el pantalón con chaparreras, la chaqueta con botonadura vistosa y los botines son fácilmente identificables y forman en su conjunto el traje de charro, que identifica sin confusiones a México en el mundo.