Vicente Guerrero entró a la capital al frente de un nuevo cuerpo militar el 27 de septiembre de 1821, consumando así la Independencia Nacional. La larga lucha iniciada por el cura Miguel Hidalgo y continuada por Morelos y Guerrero finalmente alcanzó sus objetivos y México ya era una nación independiente.
Bajo esa premisa, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) recuerda al jefe de la insurgencia en la etapa de resistencia de la guerra de Independencia con la realización del foro “Vicente Guerrero, consumador de la Independencia”, hoy a las 18:00 horas, se anunció.
Entre otros expertos, tomarán parte el doctor José Ortiz Monasterio y el licenciado Jesús Guzmán Urióstegui, quienes comentarán cómo Vicente Guerrero se unió a la causa insurgente en 1811 y comenzó su carrera insurgente como soldado raso a las órdenes de Hermenegildo Galeana; de éste y del cura Morelos, aprendió el duro arte de la guerra.
Por su arrojo y valentía ascendió a capitán, teniente coronel y general. Tras la muerte de José María Morelos, en diciembre de 1815, el liderazgo militar de los insurrectos recayó en Guerrero, quien mantuvo la resistencia insurgente en los siguientes años sin que pudiera ser derrotado por los realistas, refiere el INEHRM como preámbulo de este foro.
Guerrero rechazó el indulto que le ofreció el gobierno realista y continuó su lucha, y tras un largo ‘impasse’ en el que los independentistas no eran derrotados pero tampoco tenían fuerza suficiente para triunfar, notó que había condiciones propicias para conseguir la independencia y comenzó a establecer contactos con algunos líderes realistas.
Al coronel realista Gabriel de Armijo, encargado de combatirlo, le propuso unir fuerzas con la insurgencia para alcanzar la independencia en 1820. Lo mismo hizo con el coronel Carlos Moya.
Luego, Agustín de Iturbide, quien reemplazó a Armijo como responsable de la campaña realista contra los insurgentes, entabló intercambio epistolar con Guerrero.
Ambos líderes militares acordaron reunirse, jurar el Plan de Iguala y crear un nuevo ejército, nombrado de las Tres Garantías, integrado por insurgentes y antiguos realistas.
Con Iturbide a la cabeza, Guerrero entró a la capital al frente de una de las divisiones del nuevo ejército, el 27 de septiembre de 1821.
Así se consumó la Independencia Nacional. La larga lucha iniciada por el padre Miguel Hidalgo y Costilla, continuada por Morelos y Guerrero, finalmente alcanzó sus objetivos. México era una nación libre, independiente y soberana.
Más adelante, el 1 de abril de 1829, Vicente Guerrero asumió formalmente la presidencia de la República Mexicana.
Durante su gobierno, enfrentó la segunda expulsión masiva de españoles decretada al término del gobierno anterior y un intento de reconquista, y reglamentó la minería, creó la Casa Nacional de Inválidos, indultó a los reos condenados a muerte e impulsó la agricultura, la educación pública, la tolerancia religiosa y el federalismo.
Para conmemorar el inicio de la independencia, el 15 de septiembre de 1829 decretó la abolición de la esclavitud al decir:
“Queda abolida la esclavitud en la República. Son por consiguiente libres los que hasta hoy se hubieren considerado como esclavos, y cuando las circunstancias del erario lo permitan, se indemnizará a los propietarios de esclavos, en los términos que dispusieran las leyes”.
Pero su gobierno liberal enfrentó el rechazo de las clases acomodadas, del ejército y del clero, quienes organizaron una rebelión en 1829, encabezada por Anastasio Bustamante.
Guerrero dejó la presidencia en diciembre de 1829 para combatir la rebelión y sus rivales tomaron el poder mientras él y Juan Álvarez mantenían resistencia en lo que hoy es Guerrero y Michoacán.
En 1831, Guerrero fue capturado, víctima de una traición, y fusilado el 14 de febrero de 1831, en Cuilapan, Oaxaca.
Para recordar a este personaje, el INEHRM realizará el foro “Vicente Guerrero, consumador de la Independencia”, este hoy a las 18:00 horas, con ponencias y puntos de vista de diversos especialistas en la materia.