En Argentina comenzó a prepararse una nueva forma de convivencia y respeto hacia los seres vivos con los que se comparte el planeta, allá por los primeros años de los 1900. La razón fue la búsqueda del respeto hacia los animales. Las acciones que realizaron algunos hombres, unos apegados a la iglesia, dieron origen a la celebración del Día de los Animales, cada 29 de abril.
Los días 29 del cuarto mes del año se celebra como homenaje al fallecimiento del Doctor Ignacio Lucas Albarracín quien, junto a Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, el reverendo Juan Francisco Thompson, Carlos Guido y Spano y Vicente Fidel López, fundaron la Sociedad Argentina protectora de animales en 1879 y promulgaron la Ley Nacional Protectora de Animales. En la Argentina, Albarracín, promocionó la obligatoriedad de otorgar protección a los animales, algo que ya se contemplaba en las leyes de aquel país desde 1891.
En 1977 fue lanzada, por la Liga Internacional de los Derechos del Animal, la Declaración Universal de los Derechos del Animal aprobada en 1978 por la ONU, marcando en el primer artículo que “Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos que el ser humano a la existencia”.
Siendo que la vida nos ha sido regalada por la naturaleza, la protección de unos a otros es una obligación para la misma preservación, un compromiso que por lo que se ha venido observando se ha olvidado. Debido al desconocimiento y desprecio a los derechos de los demás seres vivos, el hombre es la mayor amenaza que enfrentan las especies animales en el planeta. Los últimos 100 años han registrado en la historia ser los más agresivos contra la vida, no sólo animal, sino vegetal, es el periodo en que más especies se han extinguido y ese desequilibrio de especies vivas cobrara su cuota contra los hombres.