Un equipo de científicos del Departamento de Ciencias Nutricionales, de la Universidad de Viena, determinó que el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y muertes prematuras disminuye drásticamente cuando se práctica actividad física y se tiene una alimentación balanceada.
El grupo de expertos analizó la situación de tres mil 521 individuos de entre 35 y 75 años, los cuales, o bien se habían puesto a dieta, sometido a un régimen de ejercicio, o ambos, durante un periodo de entre uno y seis años.
En la mayoría de los casos analizados, la alimentación había consistido en dietas bajas en grasas y con alto contenido de frutas, vegetales y fibras, mientras que los programas de actividad física se basaban fundamentalmente en ejercicios aeróbicos y de resistencia.
Bajo el título, Impact of long-term lifestyle programmes on weight loss and cardiovascular risk factors in overweight/obese participants, el estudio se concentró en definir la eficacia y ventajas de tales estrategias a largo plazo y su impacto sobre la salud.
Tras observar la incidencia de enfermedades cardiovasculares y muertes prematuras en los casos de estudio, el equipo de expertos determinó que el riesgo de tales padecimientos disminuía drásticamente cuando se ponían en práctica ambas estrategias simultáneamente.
En otras palabras, la combinación de dieta y ejercicio resultó la vía más eficaz para reducir el peso corporal –y con ello la amenaza de enfermedades que se le asocian” en comparación con sólo hacer dieta o practicar ejercicio.
Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, para 2015 habrá aproximadamente dos millones 300 mil adultos con sobrepeso, más de 700 millones con obesidad y más de 42 millones de niños de cinco años con sobrepeso.
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que más de dos de tres personas tendrán sobrepeso u obesidad para 2020.