Cada año, más de 35 mil niñas y niños mexicanos, principalmente menores de 5 años, sufren de lesiones por quemaduras. Estos accidentes son la segunda causa general de muerte en niñas y niños menores de 14 años, y representan 12% de todos los fallecimientos. Además, son el primer lugar en lesiones ocurridas en el hogar, seguidos de los ahogamientos y
envenenamientos
Las lesiones por quemaduras aumentan en épocas decembrinas, ya que los menores están en contacto con juegos pirotécnicos, con el gran riesgo de resultar con quemaduras si no cuentan con la supervisión correcta. Estas heridas son la causa más frecuente de atención médica en las salas de urgencias en el país, en donde el 18% de los lesionados hospitalizados no sobrevive, a diferencia del 5.4% reportado en otros países.
Por tal motivo, la diputada Lucila Garfias Gutiérrez de Nueva Alianza planteó una iniciativa en la que se reformará la Ley General de para crear y equipar unidades, centros y hospitales especializados en lugares y puntos estratégicos en todo el país, a fin de atender a las víctimas.
Lo anterior, porque los tratamientos de urgencias son factores determinantes de mortalidad, al no recibir atención médica primaria, necesaria para conservar la vida.
Además, porque en los últimos seis años se ha registrado un promedio anual de 115 mil personas con quemaduras, de ellos 13 mil requieren de hospitalización y seis mil presentan lesiones severas. Del total, el 60% (69 mil) se presenta en menores de 15 años, concentrando una tasa nacional promedio de 107.26 quemaduras por cada 100 mil habitantes.
Dicha problemática se complica debido a que en el país se carece de atención focalizada hacia este fenómeno, pues sólo 11 estados de la República y el Distrito Federal cuentan con unidades especializadas que brindan atención a pacientes con lesiones por quemadura.
A nivel nacional, se cuenta con un total de 18 unidades equipadas para la atención de estos pacientes: cinco en el Distrito Federal, tres en el puerto de Veracruz, Veracruz, y una en Toluca, Estado de México; Morelia, Michoacán; Guadalajara, Jalisco; Villahermosa, Tabasco; Tlaxcala, Tlaxcala; Chihuahua, Chihuahua; Ciudad Victoria, Tamaulipas; Monterrey, Nuevo León; Hermosillo, Sonora y Xalapa, Veracruz.
La legisladora recordó que en 2011 fue creado el Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados en la Ciudad de México. Sin embargo, éste resulta de difícil acceso para las personas que viven fuera del Distrito Federal, ya que implica costos de traslado y de hospedaje, además de que el factor tiempo es determinante para la sobrevivencia de los menores, toda vez que las primeras 24 horas son esenciales, circunstancia por la que se requieren unidades médicas en lugares y puntos estratégicos de todo el país.
De acuerdo con el reporte “Tendencia de mortalidad por quemaduras en México, 1979-2009”, las tasas en el 2005-2009 fueron más altas en los estados de Baja California, Chihuahua, Baja California Sur, Sonora y Durango, todos ubicados en la región noroeste del país, debido a la falta de la cobertura en los servicios, situación contraria a lo que ocurre en la Ciudad de México, donde se tiene la existencia de mayores alternativas en la atención.
Las y los niños que requieren ser llevados hacia hospitales fuera del país, principalmente a Estados Unidos, lo que genera un estimado de 80 a 100 traslados de menores anualmente y representa una erogación por operativo de 10 mil a 12 mil dólares.
Sostuvo que los menores son atendidos sin costo alguno, debido a los acuerdos que diversas organizaciones sociales han celebrado con los hospitales de ese país.
Se estima que el monto aproximado que se requiere para la atención de paciente con quemaduras en más del 50% de su cuerpo, oscila entre 500 mil y un millón de dólares, es decir, 15 mil dólares diarios, tratamiento que incluye investigación, y con un tiempo de estancia en estos hospitales que varía de 10 días hasta meses, generándose una recuperación paulatina.
Por ello, las reformas a la Ley General de Salud se enfocan en reforzar el derecho constitucional que tienen los pacientes de ser atendidos por lesiones por quemaduras y con ello reducir la tasa de mortalidad, así como mejorar su calidad de vida al contar con servicios altamente especializados en diagnóstico, tratamiento, rehabilitación física, psicológica y social.