Después de los 40 años es común que las articulaciones comiencen a mostrar deterioro, sobre todo en aquellas personas que hicieron ejercicio en exceso o aquellos que sufren de sobrepeso y fueron muy sedentarios. El problema principal inicia en rodillas, las cuales comienzan a mostrar rigidez y dolor.
Este padecimiento se llama osteoartritis o artrosis y se caracteriza por un proceso inflamatorio que afecta principalmente las articulaciones de rodilla, cadera, mano y columna vertebral. Esta enfermedad es de 10 a 12 veces más común que la artritis reumatoide y en México se calcula que hay al menos seis millones de personas que la presentan.
Lucio Ventura Ríos, reumatólogo del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), explica que la osteoartritis se considera una enfermedad articular degenerativa y una de las causas primordiales de dolor articular, así como la cuarta causa de discapacidad de la población adulta. Afecta a ambos sexos, pero es mucho más común en las mujeres y la prevalencia se incrementa con la edad.
Entre los factores más preponderantes para desarrollarla destacan la edad, sobrepeso y obesidad, menopausia, herencia genética, traumatismos al realizar actividades deportivas de alto impacto, pequeños traumas físicos a causa de movimientos repetitivos, esfuerzos excesivos o posturas inadecuadas.
Los síntomas comienzan con pequeñas molestias en las rodillas y que se agravan en la temporada invernal donde la rigidez se presenta. Estas molestias desaparecen durante el día, pero cada día regresan, sobretodo al levantarse. En los casos más graves la rigidez impide realizar actividades diarias y por el dolor, las personas sufren cada día.
El tratamiento ideal para un paciente con osteoartritis debe ser multidisciplinario y cumplir con los objetivos de aliviar el dolor, disminuir la discapacidad, mejorar la funcionalidad articular, así como la calidad de vida del paciente con la menor toxicidad, señala el especialista.
Entre los tratamientos indicados para la osteoartritis que permiten retardar la progresión de la enfermedad destaca el sulfato de glucosamina, el cual ha sido avalado por numerosos estudios científicos. Uno de los más importantes es el realizado por especialistas del Hospital Universitario de La Princesa en Madrid en 200 pacientes durante tres años, en el cual revela que la acción del sulfato de glucosamina a dosis de 1,500 mg. en una sola toma retrasa la progresión de la osteoartritis de rodilla.
Este tratamiento es uno de los más usados para la osteoartritis y sus beneficios son que mejora los índices de funcionalidad de la articulación y ofrece rapidez en el alivio sintomático de la enfermedad, lo que trae una mejora en la calidad de vida de los pacientes.
El Dr. Ventura destacó que a diferencia de otras sustancias indicadas para el tratamiento de esta enfermedad, este medicamento ofrece un excelente perfil de tolerancia y seguridad. Su acción es eficaz en la disminución y retraso de los signos y síntomas como dolor, impotencia funcional y movilidad articular; sin embargo, sólo se debe tomar bajo prescripción médica y bajo vigilancia de un especialista.