Ante el riesgo latente que representa para los trabajadores de la salud que están expuestos a las enfermedades infecciosas, el personal de enfermería expresa su preocupación.
Es decir, tanto por complicaciones que afectan al paciente como por el mismo riesgo biológico al que está expuesto
el personal de salud (médicos, enfermeras, técnicos y personal de limpieza), como son infecciones graves derivadas de más de 30 agentes patógenos potencialmente peligrosos, por ejemplo Hepatitis B, C, y VIH debido a punciones accidentales y exposición sanguínea.
Datos de la Unión Europea, donde esta situación se ha estudiado, arroja que se producen más de un millón de pinchazos por aguja cada año, lo cual representa uno de los riesgos más comunes y graves para los trabajadores sanitarios de Europa a la par de un alto costo para los sistemas sanitarios y la sociedad en general.
Otros eventos adversos conocidos son las complicaciones intrahospitalarias y otros problemas relacionados a accesos vasculares como extravasación, infiltración y oclusión, que pueden incrementar los días de la estancia hospitalaria y sus gastos asociados a las complicaciones e incluso un riesgo de muerte.
Ante este panorama, Guadalupe Leyva, jefa de la División de Educación Continua y Desarrollo Profesional de la ENEO-UNAM, comentó: “Nosotros como líderes en enfermería nos preocupamos por que cuando desempeñemos nuestra labor profesional, contemos con las medidas de seguridad necesarias que salvaguarden nuestra integridad y salud.
Desde las aulas, nos enfocamos en una constante difusión del conocimiento científico, por más educación y dominio en las técnicas de aplicación adecuadas y por un mayor uso de las tecnologías en terapia de infusión y su replicación en las instituciones de salud”.
De acuerdo con información publicada por la OMS, cada año, cientos de miles de pacientes en todo el mundo son lesionados o mueren mientras reciben asistencia sanitaria. Los datos de la OMS y otras fuentes indican que los incidentes contra la seguridad del paciente se producen entre un 4% y un 16% de las personas hospitalizadas.
La Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia trabaja de manera permanente en dos puntos esenciales; “mejorar la atención a pacientes y brindar condiciones más seguras al personal de salud: “En la medida que estas dos condiciones se fomenten y prevalezcan en el día a día de pacientes y personal, se impactará de manera favorable en la disminución de daños a la salud”, reiteró la especialista.
Desde 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó el Programa de Seguridad del Paciente para coordinar, facilitar y acelerar las mejoras en este campo en todo el mundo y en México, la ENEO es centro colaborador de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“En respuesta a esta preocupación, en la ENEO creamos desde hace 13 años el Diplomado sobre Terapia Intravenosa, el primero en México y América Latina, el cual cuenta con el aval de Infusion Nurses Society (INS), con el fin de profundizar en esta área del conocimiento y favorecer la educación continua de las enfermeras, para que realicen sus intervenciones basadas en evidencia científica y apegadas al marco ético y legal de la disciplina”, explicó la Guadalupe Leyva.
Por su parte, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Salud, en atención a este rubro, ha trabajado varias iniciativas que contribuyen a mejorar la calidad de atención a los pacientes y lo ha dejado estipulado en la Norma Oficial Mexicana NOM-022-SSA3-2012, que integra las condiciones para la administración de la terapia de infusión, dado que entre el 80 y el 95% de los pacientes hospitalizados en México reciben tratamiento por vía intravenosa.
El impacto emocional de las lesiones por instrumentos punzocortantes puede ser grave y duradero incluso cuando no desemboca en la transmisión de una infección grave. Los trabajadores de la salud pueden padecer numerosos meses de angustia a la espera de descubrir si han contraído una infección potencialmente mortal.
Reducir los accidentes hospitalarios en México, relacionados con los procesos de infusión y evitar con ellos las complicaciones para el paciente y el personal de salud, así como los costos adicionales para las instituciones y la protección de la vida, es la meta que persigue la Escuela Nacional de Enfermería (ENEO) y líderes de enfermería en terapia intravenosa.