El uso de pruebas personalizadas para el tratamiento de cáncer cambió la opinión de casi la mitad de médicos antes de aplicar quimioterapia a pacientes con cáncer de mama, señaló Horacio Astudillo de la Vega, catedrático del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.
“Estamos viviendo una era post-genómica donde las enfermedades como el cáncer adquieren una mayor relevancia por los beneficios que se están logrando en el diagnósticos temprano de cánceres hereditarios, en el tratamiento y la supervivencia”, expresó.
En un comunicado señaló que esta nueva etapa de medicina personalizada permite a oncólogos predecir cuáles tumores malignos van a responder mejor con cada terapia, evitando el sobre tratamiento para pacientes, además de reducir costos y muertes prematuras.
Destacó que cuando existen recursos pero no se utilizan de la mejor manera, el gasto en salud oncológica se incrementa porque se administran medicamentos en exceso, sin saber si serán efectivos o no.
Las terapias dirigidas actúan en blancos moleculares específicos que están asociados con el cáncer mientras que la mayoría de las quimioterapias actúan en todas las células, sin distinguir entre malignas o benignas.
Aunque se ha demostrado la eficacia de usar la tecnología, el factor principal que lo limita es la economía, a pesar de que el costo de las pruebas disminuye los gastos innecesarios y agregan valor pronóstico y predictivo.
Astudillo de la Vega mencionó por ejemplo que con la prueba Oncotype DX, el diagnóstico de la paciente se divide en un riesgo bajo, intermedio y alto.
En el caso de las pacientes con bajo riesgo se puede evitar la quimioterapia, pero si el índice de recurrencia es alto el médico puede estar seguro que esa terapia es adecuada y no está ofreciendo un sobre tratamiento.
En aquellas pacientes con riesgo intermedio también ofrece información de utilidad porque se ha demostrado que existe un mayor beneficio de la terapia hormonal, puntualizó.