El ruido y el flujo desordenado de información que reciben las personas pueden causarles angustia, indiferencia, fatiga y apatía, síntomas relacionados con la depresión, advirtió el especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Márquez Flores.
Al conmemorarse el Día Internacional de la Concientización sobre el Ruido, el titular del Laboratorio de Análisis de Imágenes y Visualización del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la UNAM, recordó que éste es un agente contaminante del mundo contemporáneo, producto del desarrollo tecnológico.
El experto indicó que el ruido tiene una doble cara, por un lado es información útil y por otra no, por ello induce efectos negativos en el ser humano, tanto fisiológicos como psicosomáticos, y constituye un grave problema medioambiental y social.
En el caso de las imágenes, Márquez Flores detalló que la afectación en las personas es por el exceso de publicidad, al uso extremo de elementos que rompen con la estética de una zona o paisaje y que deriva en una sobreestimulación sensorial.
Dijo que las personas interactúan con el entorno y con las imágenes con las que se familiarizan, algunas les provocan sentimientos, emociones o tranquilidad, mientras que otras no les interesan o distorsionan lo demás, lo cual se define como contaminación visual.
“No vemos paisajes, el cielo o edificios, porque las ciudades están saturadas de anuncios agresivos y de otros que podrían resultar atractivos. Dentro de un contexto totalmente desarreglado, esto podría ocasionar confusión y emociones desordenadas”, subrayó.
Esa falta de armonía, dijo de acuerdo a un comunicado de la UNAM, deriva en rupturas en el individuo que implican desgaste, por lo que es importante que la sociedad cuente con mejor educación y cultura para solucionar este problema.