Una investigación que encabeza Silvia Romero Maldonado, del Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinoza de los Reyes (Inper), busca con el uso de la vitamina E disminuir o prevenir la retinopatía en niños prematuros en México.
En un comunicado de la Agencia Informativa Conacyt, se explica que se aplicó una dosis de vitamina E a 36 pacientes que fueron atendidos en las instalaciones del Inper, uno de los 12 institutos de salud de alta especialidad en México.
De acuerdo con Romero Maldonado, la literatura científica refiere que la vitamina E es un elemento importante para la disminución de retinopatía en prematuros. Sin embargo, desde hace varios años dejó de utilizarse debido a que su presentación provocaba sepsis y enterocolitis.
“La vitamina E logra reducir la retinopatía, sin embargo, es un tema que no se había tomado porque la presentación de Estados Unidos generaba problema intestinales en los niños y por ende una infección”, indicó.
A diferencia de esos estudios, la investigadora y un equipo de especialistas en farmacología y oftalmología aplicaron a 27 neonatos una cantidad de vitamina E diferente a la presentación de aquel país, suplementada con leche materna, y se observó el tratamiento con el resto de niños que no recibieron la dosis.
“Lo que hicimos fue medir las concentraciones de vitamina E en los niños, con la autorización de sus padres, y buscamos ver cómo podemos ayudar al prematuro a tratar de reducir la retinopatía. Esta vitamina tiene la capacidad de proteger la capa lipídica de la retina. Nuestros resultados parecen indicar que ayuda a disminuir la retinopatía del prematuro”, aseguró.
La retinopatía es un desorden que afecta los vasos sanguíneos inmaduros de la retina, lo que ocurre algunas semanas después del nacimiento, donde hay una detención del crecimiento vascular y luego una formación y maduración anormal de los mismos, lo que puede ocasionar ceguera.
De acuerdo con la investigadora, la principal causa por la que se desarrolla la retinopatía del prematuro es la inadecuada oxigenación a la que está expuesto el paciente; este último fenómeno eleva la presencia del estrés oxidativo de la retina del bebé.
El estrés oxidativo, puntualiza Romero Maldonado, ocurre cuando hay un desequilibrio entre las moléculas de nuestro organismo por el aumento de radicales libres, responsables del desarrollo de diversas patologías como la obesidad, diabetes, enfermedad pulmonar y retinopatía.
Las personas adultas a diferencia de los bebés prematuros, dijo, por su naturaleza tienen antioxidantes como glutatión, selenio, zinc, vitamina A, entre otros, que ayudan a contrarrestar los radicales libres de oxígeno propios del organismo. Sin embargo, el bebé prematuro no cuenta con estos antioxidantes o bien los tiene en menor cantidad, lo que produce un daño en su retina.
La vitamina E es un componente importante, que al ser aplicado en una dosis correcta, recompensará las moléculas estables e inestables y evitará que los radicales libres de oxígeno se reproduzcan en menor cantidad, y con ello prevenir el desprendimiento de la retina, dijo la especialista.
A decir de la también miembro de la Academia Mexicana de Pediatría, existen compuestos químicos (antioxidantes) dirigidos a niños y adultos, no así para los bebés prematuros, por lo que uno de los objetivos de este proyecto es formar un conjunto de antioxidantes para este sector.
De acuerdo con la titular de la investigación, se trata de un estudio que no se había realizado antes en México y cuyos resultados se enviaron a la revista especializada Journal of Perinatal Medicine para su publicación.
En el desarrollo de esta investigación también participaron los especialistas Araceli Montoya Estrada, Mari Cruz Tolentino y Juan José Hicks Gómez, miembros también del Inper.