En México, 22.4 millones de adultos de 20 o más años padecen hipertensión arterial, de los cuales 11.2 millones están diagnosticados y de esa cifra, sólo 5.7 millones tienen controlado el padecimiento, señala la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012.
Este padecimiento afecta a 31.5 por ciento de los adultos mexicanos y se encuentra entre tasas más altas a nivel mundial, si bien todavía no se muestra una reducción de ésta, la tendencia entre 2012 y 2000, muestra una estabilización, refiere el artículo “Hipertensión arterial: prevalencia, diagnóstico oportuno, control y tendencias en adultos mayores”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica que consiste en el aumento de presión sanguínea en las arterias, por lo que cuanta más alta es la tensión, más esfuerzo hace el corazón para bombear la sangre al organismo.
La edad, la obesidad, el tabaquismo, una dieta de alimentos con demasiada sal y grasa así como la ingesta de cantidades insuficientes de frutas y hortalizas, el sedentarismo, la genética, la diabetes y el estrés mal manejado son los principales factores para desarrollar la hipertensión arterial, indica la organización.
Este padecimiento, que de manera frecuente no presenta síntomas en sus inicios, eleva el riesgo de sufrir ceguera, insuficiencia renal, ataques al corazón, accidentes cerebro vasculares y deterioro cognitivo, por lo que es importante contar con un diagnóstico y tratamiento oportuno, destacó.
Con motivo del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se conmemorará este domingo, Elena Báez, paciente que fue diagnosticada con hipertensión hace cinco años, dijo que acudió al médico al presentar algunos de los síntomas de esta enfermedad, como frecuentes e intensos dolores de cabeza, zumbidos de oído, vértigo, ojos rojos y náuseas.
En entrevista, indicó que el hecho de que su mamá fuera hipertensa, y que desde pequeña tuviera sobrepeso, estrés y medicamentos para bajar de peso fueron los que contribuyeron a que desarrollara este padecimiento que le cambió la vida.
Relató que en el momento en el que le detectaron la enfermedad se aisló un poco de su entorno social, pues el dolor de cabeza le generaba irritabilidad y no tenía ganas de salir, ya que tenía los pies hinchados porque también retenía líquido, aunado al cambio en la dieta, con alimentos sin sal y sin condimentos, que no comían sus amistades.
No obstante, a lo largo del tiempo, con el medicamento, el cual tiene que tomar una vez al día, con el ejercicio y con nuevos hábitos alimenticios disminuyó su problema de sobrepeso y logró controlar su presión arterial.
Báez consideró que aún falta tener más conciencia sobre la prevención y los síntomas de esta enfermedad, pues como ella, la población acude al médico hasta que los síntomas ya son persistentes, además, agregó que los medicamentos son caros, sobre todo para quienes no cuentan con seguridad social.