El Instituto Nacional de Cancerología (Incan) realiza una novedosa operación a pacientes con cáncer de recto avanzado donde el individuo se somete a un proceso clínico sin la necesidad de retirar el ano.
De manera tradicional los pacientes oncológicos de recto avanzado se les realiza una cirugía de resección abdominoperineal que consiste en retirar todo el recto y la parte interna, dijo el director general adjunto médico del Incan, Ángel Herrera Gómez.
De esta forma la parte posterior del ano queda clausurada por lo que el paciente evacuará el resto de su vida con un estoma, una apertura quirúrgica en el intestino grueso donde se coloca una bolsa permanente en el interior para recoger las heces y material líquido.
Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos se implementó una técnica que permite a los pacientes con tumores en el tercio inferior conservar el esfínter.
La intervención se trata de una cirugía de mínima invasión para el tratamiento donde el paciente se somete a tratamiento neoadyuvante con quimio-radioterapia concomitante para disminuir la recurrencia y mejorar la supervivencia.
Luego, se realiza la cirugía de preservación de esfínter para evitar que el enfermo oncológico se someta a una colostomía, un tipo de estoma que permite unir el colon a la pared del abdomen como consecuencia de una operación.
“De manera general, los tumores que están localizados siete centímetros arriba del esfínter anal se pueden someter a un proceso clínico donde se conserve el ano”, mencionó Herrera Gómez.
Este nuevo método permite dividir la parte del esfínter por vía rectal para dimensionar la enfermedad y valorar si es posible conservar la mayor parte y determinar si se puede cortar el recto por vía perineal, es decir, a través del ano y extraer el tumor.
El cáncer de ano es una enfermedad crónica que tarda meses en manifestarse, por lo que se debe tomar con paciencia el tratamiento de este padecimiento y con ello establecer el procedimiento adecuado para mejorar la calidad de vida del paciente.
“Las personas con tumores piensan que lo primero es operar de inmediato y no es así; hay que planear, dimensionar, establecer una ruta terapéutica y posteriormente pasar al tratamiento para tener presente todas las variables”, indicó el especialista.
Herrera Gómez añadió que es importante realizar un diagnóstico oportuno, ya que en muchas ocasiones los síntomas pueden asociarse con enfermedades comunes como las hemorroides.
“Entre los síntomas de este tipo de cáncer destacan el sangrado silencioso, cambios de hábitos dietéticos, sangre al defecar y dolor”, comentó.