Los casos de cáncer de ovario aumentaron en el país, por lo que es necesario reforzar las estrategias para combatirlo, afirmó la titular del Programa de Cáncer de Ovario del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), María de los Dolores
Gallardo Rincón.
En una entrevista con la Agencia Informativa del Conacyt, la investigadora expuso que este tipo de cáncer se le considera como un “asesino silencioso”, pues de todos los tipos de neoplasias (masa irregular) de la mujer, es el que con mayor facilidad puede conducir a la muerte.
Incluso, dijo, una paciente pudo morir por esta enfermedad y ser de manera errónea diagnosticada con cirrosis o amibiasis, pues los síntomas son similares.
La especialista indicó que en lo que va del año se tiene registro de cuatro mil 500 casos nuevos de cáncer de ovario en México, lo que se traduce en 12 diagnósticos diarios y siete muertes cada día.
Gallardo Rincón señaló que existen diversos factores que influyen en esta problemática como el diagnóstico en etapa avanzada de la enfermedad, el poco progreso de las terapias y cirugías, así como la falta de reconocimiento al método de tamizaje.
Recordó que uno de los objetivos del Programa de Cáncer de Ovario, establecido en 2011 es generar una política de salud en este tipo de cáncer.
Además, esta estrategia busca implementar un programa de educación continua para los especialistas y personal del primer nivel de atención vinculados con esta patología, generar conocimiento científico mediante el fortalecimiento de la investigación clínica, epidemiológica, genética, entre otros.
“El cáncer de ovario no es reconocido como un problema de salud pública, a pesar de que afecta a las mujeres menopáusicas entre 40 y 59 años y que en su mayoría forman familias uniparentales”, dijo la especialista.
“Le quita la oportunidad de vida a la mujer de entre 20 y 30 años y, por si todo fuera poco, no está reconocido dentro del rubro de gastos catastróficos del Seguro Popular, pero vamos para allá”, agregó.
Para la especialista en Medicina Interna y Oncología Médica uno de los proyectos del programa consiste en establecer, a través de la Secretaría de Salud (SSA), pruebas de tamizaje en mujeres con alto riesgo de desarrollar cáncer de ovario.
El tamizaje en esta patología se desarrolla menos a diferencia del cáncer de mama, debido a que durante la década de los 70 estudios internacionales concluyeron la imposibilidad de diagnosticar el cáncer de ovario en etapas tempranas.
Por lo anterior, la investigadora recomendó que las mujeres de 40 años con factores de riesgo e historia familiar con cáncer de ovario, mama o colon, se realicen un ultrasonido trasvaginal cada seis meses.
Mencionó que el Programa de Cáncer de Ovario es también punta de lanza para exhortar la detección temprana de esta enfermedad, así como fortalecer la formación de recursos humanos en las diferentes subespecialidades relacionadas con el cáncer de ovario.
La también integrante de la Sociedad Médica del Instituto Nacional de Cancerología, A. C. dijo que esta iniciativa desarrolló material alternativo dirigido a gastroenterólogos y médicos generales para que tengan mayor conocimiento de esta patología, la cual suele confundirse con problemas de tipo gastrointestinal o amibiasis.
“La mujer puede morir con un diagnóstico incorrecto, pues se puede decir que falleció de cirrosis hepática en un hospital de segundo grado. Puede incluso haber presencia de cáncer de ovario en la superficie del peritoneo o las trompas uterinas”, manifestó.