Depresión, apatía, ansiedad, pérdida del olfato, trastornos del sueño y disminución de la libido son algunos síntomas que pueden revelar el inicio del Parkinson, enfermedad neurodegenerativa caracterizada por la pérdida de neuronas productoras de dopamina,
la cual está vinculada con los sistemas de control y movimiento musculares, así como con la memoria, el aprendizaje y las sensaciones placenteras.
“Dado que éstos no son reconocidos ni tratados a tiempo, por lo general pasan inadvertidos o se confunden con otros padecimientos como el Parkinsonismo secundario causado por la ingesta de ciertos fármacos. Por eso, la diferenciación de los síntomas es imprescindible para que el médico ofrezca un tratamiento adecuado, siendo los agonistas de la dopamina los que han demostrado una mejor tasa de éxito debido a que imitan el papel de este neurotransmisor en el cerebro”, indicó el doctor Roberto Ortega Leal, neurólogo especialista en trastornos del movimiento.
En el marco del Día Mundial del Parkinson, que se llevará cabo el próximo 11 de abril, comentó que en México más de medio millón de personas la padecen. Ocurre en el 2% de los adultos mayores de 60 años de edad, y entre 4% y 7% de los casos comienza antes de los 40 años (Parkinson juvenil), por lo que es la segunda patología crónica-neurodegenerativa más común en el mundo después del Alzheimer.
Se trata de un mal que afecta gradualmente y de forma irreversible la capacidad motora y cuyas manifestaciones clínicas, como temblor en reposo, rigidez, lentitud de movimiento, dificultades del habla, escritura en letra pequeña o trastornos de la marcha, equilibrio y postura, deterioran a los pacientes convirtiéndolos en dependientes absolutos de sus familiares o cuidadores. Además de ello, muchos no saben que la depresión es el trastorno psiquiátrico más frecuente en Parkinson y puede presentarse de 3 a 10 años antes del diagnóstico.
“Es preocupante que, hasta 60% de quienes sufren depresión, la siguen experimentando a pesar de tomar un antidepresivo, de ahí que la identificación e intervención inmediata por parte de un médico neurólogo es fundamental para brindar a los afectados de Parkinson medicamentos que les permitan evitar su progresión, reducir el aislamiento social y, en casos graves, la mortalidad asociada”, agregó el experto.
Explicó que hasta hace algunos años la levodopa era la terapia de primera elección utilizada en el manejo del Parkinson. Sin embargo, luego se descubrió que con el tiempo el paciente requería de un incremento en la dosis y el número de píldoras para mantener los síntomas bajo control. Esto provocaba episodios conocidos como “on/off”, en los cuales la persona es incapaz de moverse; o bien, presentaba movilidad excesiva y sacudidas involuntarias altamente discapacitantes.
Frente a esas limitantes terapéuticas indicó que las Guías Clínicas para el Manejo del Parkinson ahora recomiendan el uso temprano de nuevas moléculas como el pramipexol de liberación prolongada (ER) que, a diferencia del tratamiento tradicional con levodopa, puede administrarse sólo o combinado para controlar los síntomas motores y no motores de manera eficaz y segura, permitiendo un mejor pronóstico para el paciente.
Asimismo, sostuvo que pramipexol ER es el único agonista de la dopamina que no sólo incide sobre los trastornos depresivos y motivacionales que afectan a 50% de las personas con Parkinson, sino que también reduce la aparición de complicaciones durante sus primeros 10 años de evolución.
Finalmente, el doctor Roberto Ortega Leal recordó que esta enfermedad no tiene cura, pero existen varios fármacos y estrategias terapéuticas que mejoran la estabilidad de los pacientes y su calidad de vida. Por esa razón, “en el Día Mundial del Parkinson invitamos al público general a que se informe, conozca esta condición de salud y evite la discriminación y el estigma que por lo general sufren los pacientes y sus familiares”, concluyó.