Los casos de estrés infantil aumentan debido al ritmo de vida laboral de los padres, el cual repercute en los menores a través de consecuencias físicas, cognitivas y emocionales, aseguró una especialista.
Entre los efectos físicos que presentan los menores se encuentran el dolor de cabeza, los resfriados frecuentes, la irritabilidad, la tristeza y el enojo, mencionó en un comunicado la directora de Salud y Conciencia Corporativa, Patricia Puente Fuentes.
Además de problemas para dormir, terrores nocturnos, retroceso en conductas madurativas, hábitos nerviosos (morder uñas) y chuparse los dedos, éstas prácticas predisponen al niño a crecer hacia la bipolaridad u otros problemas de salud mental, indicó la especialista.
De acuerdo con un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), 75 por ciento de los trabajadores mexicanos padece estrés laboral, refirió Puente Fuentes.
El estrés tiene diferentes orígenes siempre relacionados con el estilo de vida de cada persona, por lo que es trascendental su identificación como un primer paso para tratar el problema, subrayó la directiva.
La segunda etapa tiene que ver con encontrar las actividades o técnicas para alcanzar el equilibrio, las cuales se determinan por la personalidad de cada persona y de la edad, en el caso de los niños.
Para este tipo de casos la especialista recomendó a los padres observar a los niños para identificar los problemas, además de hacer una autoevaluación y así descartar que se esté fungiendo como un factor del estrés en los infantes.
Mencionó que es importante inculcar en los menores hábitos sobre una vida más ordenada, así como vigilar el descanso y alimentación adecuada y generarles confianza, entre otros.
Por su parte, la directora de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil, Patricia de la Fuente, indicó que si bien el estrés es parte del desarrollo de los niños, es importante crear desde la infancia técnicas para afrontarlo y equilibrarlo para no afectar la salud ni el aprendizaje del menor.