Beber entre dos y tres litros de agua al día es lo que una persona normal tiene que hacer para mantener una buena hidratación y por tanto, una correcta salud y nutrición. ¿Pero qué sucede cuando la ingesta de líquidos se convierte en una obsesión? Deriva en un trastorno poco conocido: “potomanía” o “polidipsia psicogénica”.
La “potomanía” es la ingesta excesiva de líquidos de forma compulsiva, fundamentalmente de agua, pero también incluye jugos, refrescos, tés, café, etc. La cantidad llega a superar hasta los 10 y 15 litros diarios de agua porque sufre tal ansiedad que la única manera de calmarla es consumiendo un exceso de líquido. Obtiene, así, una cierta sensación placentera y muchas veces, no existe una necesidad previa de sed.
Sin embargo, ingerir más de tres litros de agua, deja de ser beneficioso para el organismo y resulta nocivo para la salud, porque puede alterar el correcto funcionamiento de los riñones y la composición de la sangre (que debe contener un 8% de agua), y pone en peligro el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo.
En caso de no poner remedio, las consecuencias de esta patología pueden ser nefastas puesto que la “potomanía” acarrea una intoxicación hídrica; es decir, una alteración de los electrolitos con disminución de los niveles en plasma de sodio, potasio y cloro.
Una complicación potencialmente mortal es la “mielinolisis central pontina por edema cerebral”, es decir, cuando los niveles de sodio se elevan demasiado rápido y se produce un daño neurológico que impide el buen funcionamiento de las neuronas y puede causar la muerte.
La causa de este trastorno reside en una disfunción de los osmorreceptores del hipotálamo, el llamado “centro de la sed”, que regula la necesidad de ingesta de agua.
Este erróneo comportamiento en nuestro cerebro no se desarrolla de la noche a la mañana ni se da en personas completamente sanas.
Algunas patologías mentales que pueden dar lugar a la potomanía son: esquizofrenia, demencias, debilidad mental, anorexia nerviosa o trastornos de la personalidad, entre otras.
Los desórdenes orgánicos o patologías hormonales (como la diabetes mellitus, uno de cuyos síntomas es, precisamente, la polidipsia o exceso de sed).
Síntomas
Calambres musculares y cansancio a consecuencia de la dilución de sodio y potasio en la sangre.
Náuseas.
- Dolor de cabeza.
- Hiponatremia (baja concentración de sodio en la sangre), que afecta seriamente al funcionamiento del cerebro.
- Parálisis.
- Insuficiencia cardiaca congestiva. La falta de potasio (mineral que se excreta en la orina) puede modificar el ritmo del músculo cardiaco.
- Pérdida de agilidad mental.
- Somnolencia profunda y prolongada (letargia).
- Convulsiones.
- Coma y muerte.
Tratamiento
El tratamiento variará de acuerdo a la causa de la potomanía. Inicialmente, algunos casos son tratado con diuréticos a fin de evitar la hiponatremia. Pero esto es paliativo, sólo ataca al síntoma, no a la causa.
Si es un trastorno psiquiátrico requerirá medicación y terapia.
Otras causas dependerán del médico especialista y del equipo interdisciplinario (médicos clínicos, psicólogos, psiquiatras y médicos especialistas).