Luego de las aseveraciones de que una posible sobredosis de anestesia, causará la muerte de “Bantú”, los resultados de la comparecencia de Tanya Müller, en la asamblea legislativa, arrojaron que el gorila padeció lesiones hepáticas, afectaciones cardiacas y de intestino, colesterol alto y baja producción de espermatozoides.
Debido a que se recurrió a instancias nacionales e internacionales para aclarar la muerte del gorila, la UNAM, el Instituto de Ciencias Forenses (Semefo) y el Laboratorio VRL en Texas, se dictaminó que el animal mostró diversas enfermedades que no era posible detectar.
El director Técnico de Investigación de la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), Fernando Cortés Villavicencio, explicó que los animales silvestres como “Bantú” no manifiestan signos clínicos de enfermedades.
Entre los padecimientos destaca fibrosis hepática moderada, que es una inflamación del hígado. El laboratorio de Texas detalló que se hallaron anticuerpos (sustancia segregada por la sangre para combatir una infección de virus o bacteria) de hepatitis tipo A.
Los estudios de la UNAM refieren que las lesiones hepáticas pudierón estar asociadas con padecimientos relacionados con la inflamación del intestino delgado que sufría “Bantú”, además de balantidium, un protozoario común en primates que no suele asociarse con ninguna manifestación clínica.
Frente a la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Müller García explicó que el gorila Bantú tenía obesidad y hepatitis, y el fallecimiento pudo haberse relacionado con la insuficiencia cardiáca.
Además dijo que se practicaban análisis coprológicos (de heces) al animal, dos veces al año.