Terapéuticas con acupuntura del IPN coadyuvan al tratamiento de la parálisis infantil

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La Parálisis Cerebral Infantil (PCI) provoca múltiples trastornos que afectan las funciones del cerebro y del sistema nervioso, como movimiento, aprendizaje, audición, visión y pensamiento; quienes la padecen requieren tratamientos integrales.

En coordinación con la Asociación Civil Tus manos mis pasos, estudiantes de posgrado del Instituto Politécnico Nacional (IPN) aplican técnicas de acupuntura a niños con parálisis cerebral para contribuir a mejorar su estado de salud y calidad de vida.

Los estudiantes de la Especialidad en Acupuntura Humana, que imparte la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) participan en esa tarea por iniciativa del fundador de la asociación, el ortopedista Gabino Silva Torres, quien los ha apoyado en la aplicación de craneoacupuntura (aplicación de agujas en el cuero cabelludo) y acutomo. Las técnicas combinadas han mostrado su eficacia en niños con parálisis cerebral desde las primeras sesiones.

Ante los distintos tipos de parálisis cerebral en niños, como la espástica, discinética, atáxica, hipotónica y mixta. La mayoría de los pacientes presentan “espasticidad”, situación por la que los músculos de una o más extremidades están rígidos y contraídos permanentemente, lo cual les ocasiona problemas motores y tienen dificultad para caminar, moverse y sentarse. Por dicha situación, los pacientes registran alto grado de ansiedad, estrés y dificultad para dormir.

Los alumnos politécnicos señalaron que para tratar la espasticidad y mejorar el movimiento de articulaciones aplican acutomoterapia, para ello usan un acutomo o aguja cuchillo que tiene un pequeño mango, su punta es semejante a la de un desarmador, por lo que permite cortar y restablecer el tejido con fibrosis. Esta técnica complementa el mejoramiento otorgado por las cirugías de tipo ortopédico.

Mientras que con la craneoacupuntura estimulan en el cráneo zonas sensoriales que ayudan a mejorar el desempeño neurológico de los pequeños, especialmente aquellas relacionadas con el movimiento y el habla.

Como primer paso de la atención realizan una historia clínica completa para investigar los antecedentes del embarazo, nacimiento, diagnóstico de la afección, tipo de tratamientos que ha recibido el paciente y cómo ha evolucionado con ellos, en dónde lo han atendido y si tiene otros padecimientos.

Entre mayor ansiedad tienen los niños se presenta más espasticidad. La acupuntura les permite relajarse y disminuye esa condición. Más adelante el neurólogo valorará la posibilidad de reducir la dosis de ansiolíticos, porque son fármacos muy agresivos y con efectos adversos graves para los menores, aunque hay casos en los que no se eliminará el medicamento por condiciones propias de la enfermedad, la idea es reducirlo al mínimo posible.

El doctor Eduardo Rodríguez, asesor de los estudiantes del IPN mencionó que cuando el tratamiento se inicia a más temprana edad existen mayores ventajas de regeneración y refirió que los resultados más notables se han observado en los infantes más pequeños.

La acupuntura, dijo, tiene acción sobre el sistema límbico, el cual, entre otras funciones, regula la percepción. Los niños tienen bloqueados ciertos canales y a través de la craneoacupuntura se estimula dicho sistema y se modifican las sensaciones.

La craneoacupuntura tiene un efecto de plasticidad neuronal, es decir, a través de determinados puntos se estimulan zonas cerebrales específicas y es posible modular neurotransmisores relacionados con la conducta y los estados de alerta, lo cual contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Debido a que la craneoacupuntura y el acutomo han probado sus beneficios en el tratamiento de PCI, el IPN pretende incorporar al proyecto a más estudiantes de la Especialidad en Acupuntura Humana, con el propósito d e abrir nuevas líneas de investigación y otorgar dichos tratamientos de manera permanente.

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