La congestión nasal no sólo es incómoda, sino que puede implicar importantes repercusiones en la salud, como: bajo nivel de energía; problemas respiratorios y para realizar las funciones diarias en general; trastornos del sueño y olfativos, al tiempo que favorece el desarrollo de infecciones. Todo ello afecta el desempeño escolar y profesional,
generando un notable impacto emocional, advirtió el doctor Carlos León Ramírez, Director del Centro de Asma y Alergia de México y especialista en Inmunología Clínica y Alergia.
“Esto se debe a que la nariz tiene diferentes funciones: calentar, humedecer y filtrar el aire que respiramos, eliminando el polvo, los gérmenes y los irritantes. Además, las cavidades nasales contienen células nerviosas que ayudan al sentido del olfato. Así, cuando existe un problema en la nariz, todo el cuerpo puede sufrir”, señaló el experto.
Por ejemplo, cuando las personas tienen congestionada la nariz, respiran por la boca, lo cual incrementa el riesgo de que presenten Infecciones Respiratorias Bajas (bronquitis, neumonía, etc) y en la garganta, se reduce el sentido del gusto, la contaminación y los gérmenes entran directamente a los pulmones, al tiempo que el aire ingresa frío y seco, lo cual puede provocar tos aguda o crónica.
Asimismo, respirar por la boca, con el tiempo, provoca voz nasal y da lugar a un habla poco clara, con sonidos que no se pronuncian bien, detalló.
Por si fuera poco, si la nariz está congestionada durante el sueño, el individuo respira por la boca y ronca, lo que puede generar colapso nasal, obstrucción de las vías respiratorias y apneas, afectando los niveles de energía durante el día, el humor y la función diurna. Por todo esto, dijo, es importante mantener una higiene nasal óptima, como parte del cuidado integral de la salud.
El experto recomendó adoptar las siguientes medidas para limpiar la nariz y, así, aliviar los síntomas de la congestión:
Beber muchos líquidos claros, como caldos y consomés sin grasa, agua natural y mineral sin gas, jugos sin pulpa, café y té sin leche o crema, gelatina.
Aplicar un paño caliente y húmedo en la cara varias veces al día.
Inhalar vapor de dos a cuatro veces al día, por ejemplo, permaneciendo en el baño con la ducha abierta.
Utilizar un vaporizador o un humidificador durante 20 minutos como máximo.
Realizar un lavado nasal utilizando un aerosol de solución isotónica hecha con agua de mar ciento por ciento natural, como Afrin Pure Sea, que puede utilizarse a diario –e incluso, varias veces al día– para limpiar y humidificar las fosas nasales de manera suave y homogénea.
Mantener una posición erguida o al menos la cabeza levantada al acostarse.
“Sin embargo, es importante que la persona acuda al médico si los síntomas duran más de tres semanas; cuando hay más dolor de garganta, manchas blancas o amarillas en las amígdalas u otras partes de la garganta; si la secreción nasal huele mal, proviene de un solo lado, es de un color diferente al blanco o amarillo; cuando hay fiebre, hinchazón de la frente, los ojos, un lado de la nariz o las mejillas; o en caso de que se presente visión borrosa”, indicó el doctor Carlos León.
No importa si la nariz es chata, respingada o recta, cuando está congestionada pone en riesgo la salud desde diversos frentes. Por ello, debemos estar atentos a las señales que nos envía y favorecer que se mantenga despejada para que pueda cumplir de manera óptima con todas sus funciones, concluyó el especialista.