Es Síndrome de Intestino Corto, poco frecuente pero muy costoso

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La prevalencia del Síndrome de Intestino Corto (SIC) es de dos a cinco casos por cada millón de habitantes, “si bien no es un problema frecuente, suele ser delicado y muy costoso”, en promedio, representa 4 millones de pesos al año por paciente, informó Jesús

Tapia Jurado, presidente de la Academia Mexicana de Cirugía durante la sesión que se realizó ayer de manera conjunta con la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

Agregó que alrededor del 35 por ciento de los enfermos requieren hospitalización en forma prolongada y nutrición parenteral, es decir, la aportación de nutrientes básicos por vía intravenosa.

El intestino delgado es fundamental para absorber la gran cantidad de los macronutrientes y algunos micronutrientes. En diferentes segmentos del intestino, se absorben algunas vitaminas como la B12 y otros elementos como calcio, hierro, y también sales biliares.

Al reducirse la superficie de absorción en el intestino, el tránsito intestinal es muy acelerado, hace casi imposible mantener el estado nutricional del paciente y el equilibrio en el peso corporal, lo que trae graves consecuencias a la salud.

Por ello, el especialista en cirugía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que se debe tener cuidado en la elección de los procedimientos quirúrgicos, entre ellos, la creación o introducción de esfínteres, válvulas, asas antiperistálticas, interposiciones de colon y el trasplante intestinal, ya que ninguna técnica por sí sola es ideal, porque incluso se corre el riesgo de dejar al paciente con menos intestino del que contaba.

Algo muy frecuente en pacientes pediátricos es el BIANCHI, mejor conocido como desdoblamiento y elongación intestinal (es decir, su alargamiento), sin embargo, aún se desconocen los resultados a largo plazo.

“El problema quirúrgico todavía es severo, requerimos muchos estudios dado que el problema es complejo, sin embargo, seguimos trabajando en favor de nuestros pacientes”, remarcó Jesús Tapia.

Para el tratamiento del SIC se necesita de un equipo multidisciplinario, en el que además de médicos, la participación de la familia es muy importante para la recuperación del paciente.

“Este problema requiere del apoyo del médico de terapia intensiva, del nutriólogo, y de otras especialidades que son indispensables”, enfatizó el experto.

La fisiopatología del SIC (la alteración de las funciones que provocan esa condición) es compleja, por lo que el conocimiento es fundamental para adecuar la estrategia terapéutica.

Durante la sesión, Raúl Carrillo Esper, presidente de la Sociedad Mexicana de la Medicina del Espacio y Microgravedad destacó que una “parte fundamental es la comunicación con el microbioma (las bacterias que normalmente están presentes en el intestino), cuando hay un SIC, esta comunicación se va a ver muy comprometida. Fisopatológicamente su función normal intraabdominal (y en las diferentes capas intestinales), es sumamente compleja y sobre todo por la relación que va a tener con el sistema inmune asociado al intestino”, explicó.

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