Las bacterias existentes en el agua residual usada para riego agrícola en el Valle del Mezquital, Hidalgo, pueden convertirse en un riesgo para la salud, debido a su exposición a los antibióticos, alertó la investigadora Christina Siebe Grabach.
La especialista del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que gran parte del compuesto activo de los antibióticos es excretado por las personas tratadas por infecciones bacterianas, lo que provoca que se encuentren cantidades pequeñas en el agua residual.
“Este tipo de aguas se caracterizan por contener tanto bacterias patógenas como no patógenas y preocupa que al convivir con el antimicrobiano se promueva la resistencia", advirtió.
En nuestras parcelas, expuso, se ha visto un incremento Sulfamethoxazol, "antibiótico que lleva 40 años en el mercado y que se usa para combatir enfermedades gastrointestinales".
Ese aumento no se da en forma lineal, pues "llegan a un umbral y se estabiliza nuevamente", aclaró la experta, quien dijo que también "se ha encontrado Ciprofloxacin que ha circulado por 20 años en el mercado”.
Siebe Grabach, quien tiene un doctorado en Agronomía, reconoció que aún se desconocen las implicaciones que tiene para la salud la concentración de esos dos contaminantes en el suelo.
“Nos hemos asociado con epidemiólogos para estudiar si trabajadores del campo y sus familias tienen mayor incidencia a enfermedades gastrointestinales; por el otro lado queremos ver si realmente hay bacterias que portan genes de resistencia a los antibióticos”, afirmó.
Sin embargo, recordó que el problema de que las bacterias generen resistencia a los tratamientos médicos "es algo que ya preocupa a los expertos en la salud".