En México, 2 millones de personas viven con obesidad mórbida y del total de adultos con este padecimiento, 70% tienen al menos una comorbilidad como diabetes o hipertensión. Es una enfermedad causada por factores genéticos, hormonales, nutricionales, socioculturales y psicológicos;
de ahí la importancia de un abordaje multidisciplinario en su tratamiento.
Esta condición es un problema de salud que no sólo se relaciona con riesgos físicos, sino que también se asocia a una gran variedad de trastornos psicológicos. Las principales consecuencias emocionales de la obesidad son ansiedad, depresión, imagen corporal negativa, discriminación y aislamiento social, señala Diana Aguilar Pérez, psicóloga adscrita en la Clínica de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas del HGDRL.
“Antes, durante y después de la cirugía bariátrica es necesario contar con un seguimiento psicológico para trabajar con las causas y consecuencias de la obesidad y lograr una mejor adaptación al nuevo estilo de vida. El acompañamiento psicológico ayuda a los pacientes a desarrollar herramientas para que puedan lograr un cambio; como aprender a comer, identificar barrearas que impiden modificar la conducta alimenticia y adaptarse a los cambios”, indicó la especialista.
La cirugía bariátrica no es una cirugía estética, sino un tratamiento efectivo para la obesidad, que necesita de compromiso de la persona para lograr cambios, no sólo en su peso sino en los hábitos alimenticios para garantizar resultados exitosos a mediano y largo plazo.
Es un tratamiento quirúrgico indicado a personas cuyo índice de Masa Corporal (IMC)> es mayor a 40, o en pacientes con IMC > a 35 y una o más comorbilidades, que requiere el apoyo de un equipo multidisciplinario compuesto por nutriólogos, psicólogos, cardiólogos, psiquiatras, endocrinólogos, quienes ayudan al paciente a prepararse para la intervención