El consumo de cualquier tipo de drogas produce daños irreversibles al cerebro, lo que significa que la adicción se puede controlar pero no curar, de acuerdo con la doctora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Guadalupe Ponciano.
La especialista en el tratamiento de las adicciones explicó que las drogas producen un exceso en los niveles de dopamina –neurotransmisor responsable del placer- a los cuales el cerebro no está acostumbrado.
Durante una conferencia con alumnos de la Facultad de Química en Ciudad Universitaria, aseguró que el cerebro sufre un desbalance con el consumo de sustancias y se convierte una necesidad aún más fuerte que el placer de comer, beber agua o tener relaciones sexuales.
“Posteriormente, ante un consumo ilimitado de drogas o como tal en la adicción, el impacto de la dopamina se puede volver muy limitado y puede disminuir su habilidad para percibir cualquier placer. Ante una abstinencia los efectos son de depresión en quien las consume”, explicó.
Durante la charla “Efectos de las drogas en el cerebro, ¿adaptación o daño?”, Guadalupe Ponciano recalcó que las adicciones son enfermedades crónicas que se controlan pero que no se curan.
“El tratamiento farmacológico y psicológico permite contrarrestar los efectos poderosos y dañinos de las drogas sobre el cerebro y el comportamiento para que vuelvan a controlar sus vidas, pero una adicción es una enfermedad controlable, no se cura”, sostuvo.