La hepatitis es una enfermedad que consiste en la inflamación del hígado causada por el virus homónimo -que se clasifica en los tipos: A, B, C, D y E-, que al provocar el mal funcionamiento el órgano, puede desencadenar enfermedades crónicas o incluso, la
muerte. La diferencia entre cada variedad de hepatitis viral depende del tipo de virus, cada uno presenta características propias y provoca daños diferentes.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2016, cada año mueren poco más de 4 mil personas por enfermedades del hígado y de las vías biliares intrahepáticas, lo que la convierte en la cuarta causa de muerte en México.
Cansancio excesivo, dolores musculares y articulares, falta de apetito, náuseas, vómito y diarrea son algunos de los síntomas de la hepatitis, mientras que en una etapa más avanzada se presenta ictericia (tono amarillento en la piel y mucosas), picor y comezón en la piel, y la orina es de color obscuro. El hígado es el órgano del cuerpo humano encargado de regular, procesar y metabolizar todo lo que comemos, respiramos y absorbemos incluso a través de la piel.
Actualmente, se estima que en nuestro país, 1.7 millones de personas han tenido contacto con el virus de la hepatitis B, 1.5 millones padecen hepatitis C y el 90 por ciento de la población han tenido o han estado en contacto con el virus de hepatitis A, según datos de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa).
En la sesión académica “La medicina traslacional y las hepatitis virales” realizada ayer en la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM) y la FundHepa, Aldo Torre, especialista en medicina interna y gastroenterología del Hospital Ángeles Pedregal, destacó que la Encefalopatía Hepática es un riesgo potencial que se debe atacar, ya que se espera que para el año 2020 haya en México 444 mil casos: “El entender y tratar prematuramente estas condiciones nos evitarán que se agraven y saturen los servicios de salud”.
La Encefalopatía Hepática es la pérdida o deterioro de la función cerebral debido a que el hígado ya no es capaz de eliminar toxinas en la sangre, por lo que el especialista explicó que una de las terapias que prometen esta desintoxicación es el ejercicio.
Hepatitis y algo más…
¿Qué pasa si el paciente, además de presentar alguno de los virus de la hepatitis padece el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)? en este sentido, David Kershenobich, director general del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán explicó que:
“Uno de los retos más importantes es ver cuáles son los mecanismos y consecuencias de tratar estos dos padecimientos y de hacerlo de forma adecuada (…) Las drogas que se utilizan para ambas interactúan de manera diferente en cómo se metabolizan y cómo se absorben”.
El doctor Kershenobich, comentó que es posible que por medio de la combinación de ambos tipos de tratamientos, la recuperación sea exitosa, llegando a curar al paciente del virus de la hepatitis C, sin afectar otras funciones de su tratamiento contra el VIH.
“Lo importante es que tenemos los medicamentos disponibles en México y ya están aprobados y listos para usarse”, informó el Premio Nacional de Ciencias 2016 en la categoría ciencias físico-matemáticas y naturales.
Otro de los temas abordados en la sesión fue la hepatitis E, a cargo de Margarita Dehesa, integrante de la FundHepa, quien reconoció que a la fecha la enfermedad causada por este tipo del virus es desatendida, por lo que imperó en poner más atención para investigarla, ya que puede convertirse en una enfermedad crónica y en ocasiones, fulminante.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año hay más de 20 millones de casos nuevos de hepatitis E en el mundo, y el agua contaminada suele ser la principal fuente de infección.
La sesión de la ANMM –institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico- fue coordinada por el doctor Enrique Walpert, especialista en gastroenterología del Hospital ABC Observatorio.