Más que normal o anormal, si has tenido pensamientos suicidas debes buscar apoyo profesional.
El suicidio no es un evento aislado, sino el último eslabón de una cadena de eventos. El intento suicida es producto de la interacción entre un trastorno mental y un evento estresante.
Para disminuir los comportamientos suicidas se debe mejorar la prevención, la detección, el diagnóstico y el tratamiento de sus causas.
Según los especialistas, las principales causas del suicidio son las enfermedades mentales, principalmente la depresión y el consumo de sustancias como alcohol y drogas. Tan solo la depresión aumenta en 20 veces el riesgo de cometer suicidio.
Cuando alguien habla sobre el suicidio o comunica ideas o intentos suicidas, no debe considerarse como una forma de manipular ni de llamar la atención, sino como una señal de alarma, manifestación de angustia o depresión intensa, y por tanto de riesgo de suicidio.
De ahí la importancia de detectar trastornos mentales, diagnosticarlos y darles la atención adecuada por parte de un profesional de la salud.
Por otro lado, es fundamental trabajar para eliminar el estigma asociado a la atención de las enfermedades mentales.
Recibir atención de un profesional de la salud mental no es sinónimo de locura, sino una forma de buscar el bienestar emocional.
En México, durante 2014, se registraron 2 mil 424 suicidios en adolescentes y adultos jóvenes (15 a 29 años).
Aunque es trágico, el suicidio puede prevenirse.