En los últimos días, en la atmósfera media de México se ha presentado un sistema de vientos que ha impedido la formación de nubes, ocasionando una ola de calor y
elevando los índices de radiación ultravioleta (UV) hasta niveles extremos.
Los rayos ultravioleta forman parte del espectro electromagnético de la luz que llega a la Tierra proveniente de nuestro sol y su longitud de onda está ubicada por debajo de la luz visible. Esta radiación es la responsable de que nuestra piel sufra quemaduras al estar expuesta por tiempos relativamente prolongados a la luz solar, aunque en cantidades moderadas ayuda a la producción de vitamina D.
“Los rayos del sol nos ayudan a generar la vitamina D, que tiene una serie de beneficios en el cuerpo: ayuda a fijar el calcio en los huesos, nos mantiene de buen humor, ayuda a la transmisión de señales sinápticas y participa en el movimiento de los músculos”, explicó el doctor Edén Morales Narváez, investigador del Centro de Investigaciones en Óptica (CIO).