En promedio, un jugador de futbol suda de 4 a 6 litros a lo largo de 90 minutos de juego. Esto varía debido a tres elementos principales: la temperatura
ambiente, la hidratación y la distancia recorrida, que en este caso, y de acuerdo con la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA), es de 10 kilómetros en promedio.
Sudar es una función absolutamente necesaria para humanos y todo ser vivo con glándulas sudoríparas, pues de esa manera regulamos nuestra temperatura corporal; más aún cuando hacemos ejercicio ya que al subir nuestra temperatura, el sudor escurre para acelerar la pérdida de calor cubriendo con agua nuestra piel, que al contacto con el viento nos enfría.
En entrevista para Noticias Foro Consultivo, el especialista Víctor Manuel Rodríguez Muriño, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó: al sudar en exceso, el cuerpo se deshidrata y esto puede producir, hasta en los deportistas de más alto rendimiento, mareos o pérdida de conocimiento y calambres.
Cada deportista dispone de una determinada capacidad de resistencia, la cual dependerá de otra serie de factores y que implican sus condiciones físicas y hasta sociales. Un jugador de futbol puede sobre pasar este límite gracias a su entrenamiento y a qué tan hidratado esté. Sin embargo, si se rebasa esta marca, lo que ocurre es un caos vial entre las conexiones que van de nuestro cerebro hasta nuestros músculos, explicó.
“Todos nuestros músculos y el Sistema Nervioso funcionan con señales eléctricas que son generados principalmente por: sodio, potasio y cloro. Estos iones se disuelven en agua y son los responsables de generar las señales eléctricas, pero al haber una pérdida excesiva de agua ocurre un desbalance de estos iones, por lo tanto hay alteraciones en las señales eléctricas que controlan nuestros músculos y por ende provocan calambres o mareos”, dijo el también coordinador de investigación del departamento de fisiología de la UNAM.
Añadió que, aun cuando somos sedentarios o no hacemos mucho esfuerzo, nuestro cuerpo suda en promedio un litro y medio a una temperatura ambiente de 22 grados. Somos mamíferos, animales de sangre caliente, lo que implica que siempre necesitemos quemar los nutrientes que se encuentran en los músculos y en las células de distintos órganos para mantener una temperatura estable de 37 grados centígrados.
Hasta hace poco, científicos de la Universidad de París revelaron que las mitocondrias, orgánulos en el citoplasma de células eucariotas, son la parte más caliente de nuestro cuerpo pues su temperatura se eleva hasta 50 grados centígrados.
De acuerdo con el artículo Las mitocondrias se mantienen fisiológicamente cerca de 50°C, estos orgánulos son el centro de abasto energético de cada célula, pues descomponen los nutrientes y resulta sorprendente que este diminuto componente sea tan caliente, ya que si toda la célula alcanzara esa temperatura se destruiría.
Algo similar ocurre con nuestro cuerpo: si estamos en un ambiente que cercano a los 50 grados centígrados, ya no podremos liberar calor por más que sudemos, lo que deriva en un infarto.
El sudor es nuestro sistema de enfriamiento del que no todas las especies disponen, y aunque otros mamíferos también lo tienen, no todos sudamos igual. Caballos y humanos son los que más sudan; le siguen los simios.
Animales como los cerdos o los perros tienen pocas glándulas sudoríparas por lo que no pueden disipar el calor mediante el sudor, estos animales se revuelcan en lodo o abren el hocico, respectivamente, para regular su temperatura. Mientras que otros mamíferos como los elefantes necesitan llevar su sangre hasta las orejas y una vez ahí abanicar.
Pero… ¿Por qué entre mamíferos sudamos de formas diferentes? ¿Acaso tiene que ver con la forma en qué evolucionamos? O ¿Cuándo adquirimos está capacidad de sudar en la escala de la evolución humana, será cuando perdimos el pelo?
Aún quedan muchas dudas entre la comunidad científica sobre nuestro sistema de regulación de temperatura, no obstante los avances al respecto nos han permitido entender un poco más acerca del sudor.
Pie de foto: En promedio, un jugador de futbol suda de 4 a 6 litros, a lo largo de 90 minutos de juego. Esto varía por tres elementos principalmente: la temperatura ambiente, la hidratación y la distancia que recorre, que de acuerdo a la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) es de 10 kilómetros en promedio. Foto: Internet.