En el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNN) se desarrollan nuevas moléculas para tratamientos en pacientes con
depresión, adicciones y estrés postraumático, a partir de sustancias psicodélicas derivadas del peyote y hongos alucinógenos.
Rodrigo Pérez Esparza, investigador y coordinador del Laboratorio de Investigación en Adicciones del INNN, forma parte del equipo que estudia la sustancia activa de las nombradas “plantas sagradas” que se encuentran en el país —llamadas así por el significado ancestral y religioso.
El INNN propiamente ha trabajado con la molécula sintética ketamina, la cual emula algunas propiedades psicodélicas encontradas en la naturaleza y que ha sido aplicada satisfactoriamente en pacientes con depresión.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el especialista en psiquiatría explicó la importancia de estas investigaciones como nuevas vertientes terapéuticas complementarias en el tratamiento de enfermedades mentales.
Los psicodélicos de nuevo en la mira
El especialista mencionó que la razón del interés en el desarrollo de otras moléculas fue por el tiempo prolongado con tratamientos a base de medicamentos con poca variación en su mecanismo de acción, los cuales no han dado los resultados esperados.
Tal es el caso de la depresión, donde se estima que un tercio de los pacientes no se beneficia de los medicamentos, terapias y otro tipo de tratamientos farmacológicos actuales.
“Los psicodélicos se clasifican en clásicos y sintéticos, los primeros son aquellos presentes en la naturaleza en su estado primario, como la mescalina o la psilocibina, por mencionar algunas, y que son las sustancias activas del peyote y los hongos alucinógenos, respectivamente”.
Los alucinógenos clásicos actúan directamente sobre la neurotransmisión de serotonina y los psicodélicos sintéticos o atípicos son creados específicamente en el laboratorio y tienen acciones similares en el cerebro que las naturales.
Por esta razón hubo un resurgimiento en el interés por algunas de estas sustancias encontradas en la naturaleza y que dadas sus características actúan a nivel cerebral, específicamente en el sistema de neurotransmisión de la serotonina.
Dicho sistema de neurotransmisión está vinculado a la génesis de las adicciones, depresión o estrés postraumático, y el acercamiento a las propiedades psicodélicas de las denominadas plantas sagradas permite la creación de nuevos tratamientos que alivien los síntomas de las enfermedades mencionadas.
“Nosotros desarrollamos un par de protocolos que incluyen estas investigaciones con plantas; sin embargo, en el mundo ya se realizan estudios con estas moléculas psicodélicas, especialmente con la psilocibina para tratar la depresión”, mencionó.
La naturaleza como alternativa
Los resultados observados en estudios fuera de México han demostrado que pacientes con depresión se beneficiaron con este tratamiento a base de psicodélicos y permanecen libres de síntomas con una sola administración.
“Es un cambio de paradigma y algo que ninguna otra sustancia molecular nos ha dado, es muy bueno que sustancias psicodélicas, ya sean naturales provenientes de plantas sagradas o sintéticas, actúen rápidamente, y que en una única administración puedan mantener su efecto por días, semanas o hasta meses, dependiendo de la especie de molécula”.
En el caso específico de los estudios realizados con la ketamina en el INNN, los pacientes han manifestado alivio en los síntomas de depresión en cuatro horas después de la administración del psicodélico, donde observan cambios en el bienestar de los individuos durante una o dos semanas en promedio.
De acuerdo con el experto, si esta sustancia se combina con antidepresivos ya existentes, el efecto benéfico puede prolongarse hasta por semanas o meses sin desarrollar algún tipo de adicción.
“Este psicodélico sintético, así como los que se encuentran en las plantas sagradas, puede dar este tipo de efectos benéficos ya que se ha descubierto que son sustancias prácticamente inocuas para el consumo humano en las dosis indicadas, y algunas de ellas —por ejemplo, la psilocibina y la mescalina— parecen no producir los cambios cerebrales vistos en otras adicciones”.
Sin embargo, como cualquier sustancia ajena al cuerpo, su administración requiere de precauciones que resguarden el bienestar del paciente, y en este caso se evita su uso en personas con algún antecedente directo o familiar de psicosis o esquizofrenia.
Es así como gran parte de la investigación realizada mundialmente a nivel de salud mental está redirigiéndose hacia este tipo de compuestos psicodélicos, ya sean naturales o sintéticos, y el INNN vislumbra futuras investigaciones basadas en el uso de la psilocibina de los hongos alucinógenos.