Manosa, monosacárido que reduciría el crecimiento de tumores

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Investigadores de Reino Unido encontraron que la manosa, un monosacárido presente en frutas como los arándanos, naranjas y
manzanas, retrasa el crecimiento de los tumores y aumenta los efectos de la quimioterapia.
La investigación, financiada por Cancer Research UK y Worldwide Cancer Research, se llevó a cabo para determinar cómo las células tumorales responden a diferentes formas de azúcar y se descubrió que la manosa causó retraso del crecimiento en varios tipos de tumores.
El resultado del estudio, realizado con ratones, aún tendrá que ser probado en seres humanos, pero sugiere que un suplemento nutricional con manosa podría reducir el desarrollo de algunos tipos de cáncer y mejorar los efectos del tratamiento, afirma el equipo científico.
Los investigadores administraron manosa por vía oral a ratones con diferentes tipos de cáncer, pero sin afectar significativamente el peso y la salud de los animales, y posteriormente condujeron análisis para determinar sus efectos sobre las células cancerosas.
La manosa es absorbida mecánicamente por el mismo transportador que lleva la glucosa, pero se acumula en las células y esto altera el metabolismo de la glucosa, el ciclo del ácido tricarboxílico, la vía de la fosfatada de pentosa y la síntesis de glicanos, explican los científicos.
Descubrieron que en el caso de los ratones con cáncer de páncreas, pulmón o piel, que habían sido tratados con dos medicamentos de quimioterapia, el cisplatino y la doxorubicina, el crecimiento de sus tumores disminuyó significativamente, sin efectos secundarios obvios.
Concluyeron que la manosa aumenta los efectos de la quimioterapia, pues su combinación afecta los niveles de proteínas antiapoptóticas de la familia Bcl-2, lo que incrementa la muerte celular.
En pruebas adicionales, las células de otros tipos de cáncer, como leucemia, osteosarcoma (cáncer de huesos), de ovario e intestino tuvieron reacciones mixtas a la presencia del monosacárido, al parecer la respuesta depende de los niveles que tenían en su cuerpo de una enzima que descompone la manosa, indican.
La susceptibilidad a la manosa depende de los niveles de fosfomanosa isomerasa (PMI) en el cuerpo, los cuales varían mucho entre pacientes y diferentes tipos de tumores, por lo cual los PMI podría usarse como biomarcadores para dirigir la administración exitosa de ese azúcar.
“Consideramos que la administración de manosa podría ser una terapia simple, segura y selectiva en el tratamiento del cáncer, y podría ser aplicable a múltiples tipos de tumores”, aseguran los investigadores en un artículo publicado este jueves en la revista británica Nature.
Sin embargo, advierten a los pacientes con cáncer que eviten consumir manosa hasta que sean conducidas pruebas en personas, a fin de corroborar los efectos y evitar reacciones secundarias.

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