Después de cuatro décadas de trabajar 24/7 me siento distinto. Trato de dar lo mejor de mí; si me piden caminar a paso veloz, resistir más horas despierto, consumir alimentos
ricos en carbohidratos como cuando tenía 20 años o inclusive, leer las letras pequeñas del periódico, lo intento, doy lo mejor de mí mismo, sin embargo, estoy cambiando, pues es esta la etapa de la vida en la que la voz de mi cabeza me susurra: ¡bienvenido a los 40´s!
Cambios visibles y otros no tanto
Mi pelo luce con algunas canas, las arrugas comienzan a aparecer, experimento mayor irritabilidad, mis huesos ya son más frágiles, el insomnio es un compañero frecuente, pierdo masa muscular y gano grasa corporal, adicional, estoy más propenso a padecer enfermedades del corazón[1], entre otras.
Ojo con los ojos
Pero ¿qué pasa con mis ojos? mi vista también está envejeciendo y me impide hacer mis actividades de manera normal, la presbicia o vista cansada comienza a formar parte de mi día a día y leer se ha convertido en una tortura, pues es una condición natural del ojo que cambia (en menor o mayor grado) conforme a la edad.
Aquellos nacidos en 1974 o en 1979 somos los présbitas de hoy. De acuerdo con datos del INEGI, se estima que hay más de 20 millones de personas mayores de 45 años en el país, población suceptible a padecer vista cansada.
Por alarmante que se escuche, la presbicia no es algo que se pueda evitar porque no es una enfermedad, pero lo que podemos hacer es acudir con el especialista en el cuidado de la salud visual y nos acerque alternativas adecuadas para corregir dicha condición sin ser invasivos.
A mis ojos, nuestros ojos, le has puesto poca atención porque nos acostumbramos a ver medianamente bien, pero quizá un poco de iniciativa de tu parte, ayudaría a que para el 2020 tengamos una correcta visión cercana.