En México, más de dos tercios de los embarazos de segundo orden en menores de 20 años trascurren en menos de 27 meses, lo cual implica un
gran riesgo a la salud de las mujeres al ya de por sí añadido por ser madres a esa edad.
De acuerdo con la revista Salud y Bienestar de la Secretaría de Salud, se estima que en México uno de cada cinco nacimientos entre mujeres de 15 a 19 años son de segundo orden o mayor, porcentaje que ha permanecido estable en los últimos 10 años a pesar de amplio contacto de las adolescentes embarazadas con los servicios de salud.
La maternidad en adolescentes es más común entre las mujeres de grupos vulnerables y entre ellas, las que tienen más de un embarazo antes de cumplir los 20 años tienen mayores desventajas, como de experimentar pobreza extrema, marginación y mayor riesgo de tener parto prematuro y de mortalidad materna.
Además, comparadas con las mujeres que tuvieron únicamente un hijo en la adolescencia, aquellas que tuvieron más de uno cuentan con menor escolaridad, iniciaron una vida sexual a edades más tempranas y se casaron o comenzaron a vivir en pareja más jóvenes.
En el país, según datos del suplemento de salud, 98 por ciento de los partos de mujeres adolescentes son atendidos por médicos en una unidad de salud y 75 por ciento de ellas recibe por lo menos cinco consultas prenatales.
Por lo que una estrategia efectiva para reducir los embarazos de segundo orden o mayor en la adolescencia es proveer anticoncepción post evento obstétrico (APEO), ya que esta medida reduce a la mitad la posibilidad de tener más de un embrazo.
“Es importante diseñar e implementar acciones específicas que ayuden a reducir los embarazos de segundo orden o mayor en la adolescencia, aprovechando el contacto que establecen con el sector salud en el primer embarazo, tomando en cuenta las intenciones reproductivas de las mujeres de este grupo de edad y respetando sus derechos sexuales y reproductivos”.