Las ENT y el COVID-19: la tormenta perfecta 

Comunidad médica y líderes de opinión de Latinoamérica se reunieron en la primera sesión de la serie de pláticas virtuales “SOS – Acciones contra las Enfermedades No Transmisibles (ENT)”, convocada por la farmacéutica Upjohn, para hacer frente a estos padecimientos que causan el 85% de las defunciones en países emergentes[1]. 

 La respuesta global ante la pandemia de COVID-19 ha sido tratarla como una enfermedad vertical en lugar de abordar el ecosistema completo, considerando su interacción con las ENT y la pobreza. De no cambiar el enfoque actual, representa una amenaza latente para la salud, particularmente por el hecho de que las personas que viven bajo estas condiciones tienen mayor índice de mortalidad[2]. 

17 de septiembre de 2020. En el marco de la Semana Mundial de Acción sobre las Enfermedades No Transmisibles (ENT), Upjohn convocó a comunidad médica, líderes de opinión, organizaciones civiles y medios de comunicación de Latinoamérica a participar en la primera sesión de la serie de pláticas virtuales “SOS – Acciones contra las ENT (Enfermedades No Transmisibles)”, donde se exploró el estado actual de estas condiciones de salud en países emergentes como México, Colombia, Costa Rica, Brasil y Argentina y los nuevos retos que han surgido para su atención a partir de la reciente pandemia, así como las medidas urgentes para reorientar esfuerzos y reducir su impacto.  

Patrick Doyle, Gerente General de Upjohn Latinoamérica, indicó que “la pandemia por COVID-19 tiene un gran impacto en nuestra región con más de 8 millones de casos confirmados y más de 300,000 muertes[3]. Desafortunadamente, los pacientes con mayor riesgo de contraer el virus SARS-CoV-2, también tienen una alta vulnerabilidad de verse afectados por ENT, como enfermedades cardiovasculares o diabetes, no tratadas o abordadas inadecuadamente. Por ello, eventos como el de hoy son críticos para apoyar a nuestros sistemas de salud y a sus pacientes, al resaltar la importancia de diagnosticar y tratar estos padecimientos peligrosos para la vida”1.  

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 53% de los países a nivel mundial han interrumpido parcial o totalmente el tratamiento de la hipertensión arterial, 49% de la diabetes, 42% del cáncer y 31% el de emergencias cardiovasculares, situación que es doblemente preocupante porque, de contagiarse por el virus de SARS-CoV-2, las personas con estas condiciones corren un mayor riesgo de presentar complicaciones por COVID-19 y fallecer1. 

El Dr. Gustavo A. Olaiz Fernández, Coordinador General Centro de Investigaciones en Políticas, Poblaciones y Salud (CIPPS) de la Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que la respuesta global ha sido tratar el SARS-CoV-2 como una enfermedad vertical en lugar de abordar el ecosistema completo o su interacción con las ENT y la pobreza y, de no cambiar el enfoque actual, esto representará una amenaza futura para la salud y el bienestar de las personas2. “Estamos en un momento en el que es crucial abordar los impulsores subyacentes de la pandemia de las ENT que están alimentando la mortalidad por COVID-19; es decir, centrar las intervenciones en la reducción de riesgos para los más vulnerables”. 
  
Sostuvo que es fundamental incidir en la prevención y control de las ENT, ya que incluso sin el impacto del COVID-19, 15 millones de personas fallecen anualmente de manera prematura entre los 30 y 69 años (85% en países de ingresos bajos y medios) 1 debido a padecimientos crónicos de larga duración.  
 
“Morir prematuramente a causa de las ENT tiene un impacto trágico en las comunidades; desde la profunda carga emocional y financiera de las familias, hasta la pérdida de productividad para toda una nación. Los cálculos indican que las pérdidas económicas acumuladas ocasionadas por ello para los países de escasos recursos serán de más de $7 mil millones de dólares durante el periodo 2011-2025 (un promedio de casi $500 mil millones de dólares por año), lo que equivale a cerca de 4% de su Producto Interno Bruto (PIB) de 2010[4]”, apuntó e hizo referencia al estudio “Enfermedades no transmisibles y COVID-19: una tormenta perfecta”, publicado recientemente en el BMJ Journals2 por Juan Pablo Gutiérrez, Profesor del CIPPS y las investigadoras Nina Schwalbe y Susanna Lehtimaki,  
 
En él se expone que las medidas de distanciamiento social provocaron interrupciones en los servicios de salud que afectaron el acceso a medicamentos, diagnósticos y tratamientos, incluso para las ENT2. En opinión del Dr. Olaiz Fernández, si no se realiza un trabajo conjunto entre comunidad médica, iniciativa privada, gobierno y sociedad para actuar, la carga mundial de las ENT aumentará un 17% en 5 años[5], representado un riesgo para el crecimiento económico y el potencial de desarrollo de los países emergentes, sobre todo los de la región de Latinoamérica5 donde la probabilidad de fallecer por éstas es hasta cuatro veces superior que en las naciones desarrolladas[6].  
 
Por su parte, la Dra. Ana Cristina Montenegro Arenas, Jefa de la Clínica de Medicina Interna Vascular y Anticoagulación, Hospital Universitario Fundación Santafé de Bogotá, Colombia, enfatizó que más de 40% del total de muertes por ENT en las Américas son causadas por las enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus[7], las cuales están fuertemente relacionadas con factores de riesgo como el sobrepeso y obesidad, donde de “la región está por encima del doble del promedio mundial (24.6% vs 11.5% en promedio)5 y el envejecimiento, lo que se traduce en un aumento de la carga económica y social[8] que podría prevenirse con una mayor inversión en salud para la detección y acceso a tratamientos oportunos y adecuados”.  
 
Indicó que las repercusiones de las ENT se reconocen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), donde una de las metas consiste en reducir en un tercio las muertes prematuras para el año 2030[9]. Y, para lograrlo, se necesitará contar con un enfoque innovador basado en el valor de la salud considerando el escenario económico y social de cada país, y haciendo énfasis en iniciativas multisectoriales para la creación de campañas de promoción a la salud, fomentando la responsabilidad de las personas sobre su autocuidado y utilizando estrategias para generar más programas de educación médica continua[10], especialmente orientados a profesionales sanitarios de primer contacto, quienes han sido un eslabón clave en el diagnóstico y atención oportuna de las ENT y sus comorbilidades durante la pandemia. 

En este sentido, el Dr. Jorge Trejo Gutiérrez, Miembro del Colegio Americano de Cardiología aseguró que, alianzas como las que se están desarrollando con la organización que representa, la Alianza de ENT (NCD Alliance), la Federación Mundial del Corazón y Upjohn, donde, a través de un proyecto denominado Academia de las ENT (NCD Academy), se busca ofrecer los últimos avances para que la comunidad médica supere las brechas en el conocimiento y en la práctica perfeccionen sus habilidades, representando un gran progreso para contribuir a mejorar la vida de pacientes actuales y de las futuras generaciones. 

Finalmente, Antonio Arce, Director de Asuntos Corporativos de Upjohn Mercados Emergentes, resaltó que esta primera plática es parte de una serie de sesiones donde se busca abordar, desde diversas perspectivas, este complejo problema de salud pública en combatir las Enfermedades No Transmisibles.

Follow Us on Social

Most Read