ESPAÑA, 29 de marzo 2022.-- La obesidad funciona como un imán de múltiples enfermedades. Los estudios apuntan a que es un
factor de riesgo para desarrollar hasta más de 200 dolencias, especialmente las relacionadas con el sistema cardiovascular, trastornos del aparato locomotor y algunos cánceres
Así lo explica a EFEsalud, Francisco José Esteban, profesor titular de Biología Celular de la Universidad de Jaén para quien existen "pruebas irrefutables" de que la obesidad es un factor de riesgo para padecer, por ejemplo, hipertensión o dislipemia, que es la alteración de la cantidad de lípidos en la sangre, como el colesterol.
La obesidad también es factor de riesgo para enfermedades como la artrosis, las piedras en la vesícula, la apnea del sueño o el ovario poliquístico, por mencionar algunas otras.
De acuerdo con el especialista, en la biología celular, la bioquímica y la genética podemos encontrar muchas de las respuestas al por qué la obesidad es un imán de tantas dolencias.
Para empezar, refiere Francisco José Esteban, hay que saber que en la obesidad existen varios procesos que pueden desencadenar muchas enfermedades, ya que la deposición anormal de la grasa puede alterar nuestra función metabólica, hormonal o inmune.
"Así por ejemplo el exceso de grasa en nuestro cuerpo provoca una alteración en nuestras vías metabólicas, vías que utiliza nuestro organismo para la síntesis, la degradación de las sustancias y nutrientes y la transformación para otras moléculas que hacen que nuestro organismo funcione", expone este profesor.
Por ejemplo, el colesterol es muy importante para mantener la integridad de nuestras células, pero un exceso de grasa conlleva una acumulación de colesterol y esta acumulación puede llegar a provocar arterioesclerosis.
"También el exceso de grasa puede modificar los procesos de síntesis y degradación de insulina ", añade.
Otra alteración que conduce a la enfermedad es la acumulación de la grasa donde no corresponde.
"La grasa se acumula por lo general en lo que se conoce como el tejido adiposo, y en este tejido hay unas células que se denominan adipocitos", explica.
La acumulación anormal de grasa en este tejido adiposo altera la secreción de hormonas, como la leptina y toda una serie de proteínas proinflamatorias como las citoquinas, que frecuentemente hemos oído nombrar durante la pandemia de la Covid.
- Obesidad, el imán de múltiples enfermedades -
Pero volviendo a la leptina, Francisco José Esteban nos explica que se trata de una hormona que se produce por los mencionados adipocitos "y sirve para que el cerebro sepa que tenemos que dejar de comer porque ya hemos acumulado suficiente grasa".
Y si se acumula la grasa anormalmente, hay una alteración en la producción de la leptina "y el cerebro es incapaz de interpretar que dejemos de comer, aunque tengamos la reserva de grasa suficiente".
Hay otras células relacionadas con el sistema inmune que también se ven alteradas "y es por eso que la obesidad también está vinculado a la alteración del sistema inmune ya que afecta a la comunicación entre las células de este sistema".
El fallo de esta comunicación, anota el especialista, provoca la disminución de la la función inmune, y lleva a una respuesta inflamatoria derivada de esta disminución inmune.
Una disminución que por cierto está relacionada con el aumento de las citadas citoquinas, y que al aumentar reducen la capacidad de responder a la infección respiratoria causa por el coronavirus de la COVID, pero es que además provocan que todo empeore.
"Por eso, con el coronavirus alrededor del 80 % de las personas con alteraciones más graves eran personas obesas, debido a su alteración del sistema inmune".
Indica el profesor de biología celular de la Universidad de Jaén, que también puede llevar a que las personas obesas reaccionen peor a los antivirales, o a que su cuerpo responda con menor eficacia a las vacunas.
Por otro lado, la obesidad está muy ligado a algunos tipos de cáncer, porque cuando empiezan a desarrollarse necesitan del sistema inmune para evitar que el tumor crezca y se convierta en metástasis.
"Si el sistema inmune está alterado por la obesidad, entonces no detecta el desarrollo de algunos tumores en sus fases iniciales y por lo tanto no los combate".
En la obesidad influye mucho un estilo de vida poco saludable, con mala alimentación y escaso ejercicio físico, pero también la genética pesa negativamente en determinadas personas.
- Datos y cifras de la OMS -
Desde 1975, la obesidad casi se ha triplicado en todo el mundo.
En 2016, más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.
En 2016, el 39 % de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13 % eran obesas.
La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal (por debajo del peso saludable).
En 2016, 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos.
En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.