España, 5 de octubre 2022: “Alrededor del 20% de la población sufre dolor intestinal asociado a cambios tanto en la frecuencia de las
deposiciones como en la forma de sus heces, ya sean diarreicas o endurecidas; es decir, estas personas padecen el síndrome del intestino irritable”, expone el Dr. Enrique de Madaria Pascual, médico gastroenterólogo del Hospital General Universitario “Doctor Balmis” de Alicante
“Debemos aclarar -dice el también presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología- que una diarrea circunstancial, que nos pueda agobiar durante unos días tras comer algo en malas condiciones, o, por ejemplo, soportar un estreñimiento mientras viajamos, no son síntomas de intestino irritable. Este síndrome tiene que se crónico, perdurar en el tiempo”.
Esta patología digestiva se localiza en el intestino delgado, un tubo de nueve metros de longitud de tres partes: duodeno, yeyuno e íleon, plegado en la zona baja de la cavidad abdominal, con un diámetro inferior al colon, donde se acaban de digerir los alimentos y las bebidas deglutidas.
“El intestino delgado cuenta con una superficie interna recubierta de vellosidades repletas de células, donde absorben la mayoría de moléculas nutricionales con destino a la sangre; fluido corporal que reparte esta energía vital, junto al oxígeno, por todos los tejidos humanos”, explica.
Los deshechos pasarán al colon, donde trabajan a destajo miles de millones de microorganismos, básicamente bacterias, benefactores de nuestra salud y sistema inmunológico.
“En este último conducto del tracto digestivo, de mayor calibre, pero de menor longitud (aproximadamente un metro y medio), se concluye la absorción alimenticia mediante el filtrado de la flora intestinal. Los restos, más líquidos o más sólidos, serán expulsados a través del orificio anal”, añade.
- Diagnóstico y tratamiento del síndrome del intestino irritable
Los problemas del intestino, a nivel general, se relacionan frecuentemente con tres síntomas muy comunes en las personas: el dolor abdominal, la diarrea (heces con un importante contenido en agua, más blandas de lo normal o líquidas) y el estreñimiento (heces duras, o deposiciones infrecuentes o difíciles de evacuar).
Estos síntomas, diarrea, estreñimiento, o ambos, con dolor, son la causa elemental de uno de los problemas de barriga más frecuentes, el SII o síndrome del intestino irritable, un problema digestivo que sufren dos de cada diez personas.
“La intensidad de estos síntomas es muy variable, desde casos leves, los más habituales, que interfieren escasamente en la calidad de vida de l@s pacientes, y la enfermedad se tolera sin mayor problema, a casos intensos que se asocian a bajas laborales y a no poder disfrutar del tiempo libre”, destaca el Dr. de Madaria.
- Doctor, ¿Por qué hasta un 20% de las personas sufren este síndrome intestinal?
“No se sabe con certeza -responde-, pero lo que sí parece claro es que no existe una causa única que explique todos el abanico de casos que se comprueban en el síndrome del intestino irritable”, plantea.
“Algunas personas desarrollan el síndrome tras una gastroenteritis aguda bacteriana o vírica, padeciendo una diarrea intensa por la infección; después, al sanar, se quedan con las molestias intestinales de por vida”, refiere.
“En otros casos, el intestino tiene una mayor sensibilidad al dolor; por ejemplo, con la presencia de una determinada cantidad de gas en el intestino que en cualquier otra persona no produciría síntoma alguno. Esto se llama hipersensibilidad visceral; dolor de tripas, vamos”, manifiesta.
“También, hay estudios que muestran al microscopio pequeños cambios inflamatorios en el intestino de algunas personas con el síndrome. En otros pacientes se han detectado espasmos en su intestino que producen las correspondientes molestias”, añade el gastroenterólogo.
Con este mismo objetivo, destripar el origen del síndrome, se está empezando a estudiar la relación entre la microbiota, gérmenes microscópicos que viven en el intestino, y esta enfermedad crónica.
“Hemos comprobado que algunos pacientes tienen sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, una zona del tubo digestivo que normalmente debería presentar una carga de bacterias muy baja”, indica.
“Por último, muchas veces tanto el dolor como los cambios en las deposiciones empeoran con el estrés…¡Quién no conoce a estudiantes y opositores que sufren molestias y diarreas en los periodos de exámenes!”, expresa.
- Doctor, ¿Cómo se diagnostica, entonces, el síndrome del intestino irritable?
El diagnóstico se basa, sobre todo, en observar síntomas típicos de esta enfermedad, la presencia de dolor abdominal asociado a cambios en la frecuencia y/o forma, aspecto y consistencia de las heces.
“No hay ninguna prueba médica que diagnostique el SII con certeza, al contrario; lo que hacemos es descartar otras enfermedades con síntomas similares: por ejemplo, alergia al gluten, intolerancia a la lactosa o fructosa, infecciones, enfermedades como el Crohn y la colitis ulcerosa, o problemas de tiroides”, detalla.
“Pero el primer paso consiste en realizar una analítica de sangre y descartar infecciones en las heces, junto a una prueba de calprotectina fecal, marcador de una sustancia que se eleva en las heces si existe inflamación en el intestino, que es normal en el síndrome”, cuenta.
“Con los test de aliento analizamos los gases que el paciente expulsa al soplar en un tubito tras tomar diferentes sustancias. Son útiles para comprobar la intolerancia a la lactosa, fructosa o el sobrecrecimiento bacteriano”, detalla.
En este sentido diagnóstico, cabe reseñar y remarcar que no todo el mundo con síndrome intestinal irritable necesita un estudio endoscópico, eso lo decidirá siempre el médico tras evaluar cada caso basado en síntomas y signos”, aclara.
Por supuesto, algunos síntomas aconsejan, sin ambages, una endoscopia.
“Descartar enfermedades de importancia, como la presencia de sangre en las heces, diarrea nocturna, dolor abdominal progresivo o pérdida de peso no motivada”, ejemplariza.
- ¿Y una vez diagnosticado el síndrome intestinal, cuál es su tratamiento?
“El tratamiento del SII en ocasiones no es fácil. Hay gente que mejora bastante con el tratamiento, y otras que no tanto y que pueden sentirse decepcionadas. No disponemos de una ninguna fórmula mágica, y en la mayoría de pacientes probamos diferentes estrategias, viendo cual funciona mejor”, relata.
El ejercicio físico suele ser positivo para todos los pacientes.
Respecto a las dietas alimenticias, los que más se benefician son aquellos que padecen intolerancias a la lactosa, fructosa o alergia al gluten.
“Estos trastornos son diferentes al síndrome del intestino irritable, pero, aún así, algunos pacientes de SII sin intolerancias de este tipo mejoran con dietas sin leche, y otros con dietas libres de hidratos de carbono, los mediáticos FODMAP”, señala.
Una minoría pueden mejorar, también, sin consumir gluten a pesar de no tener la enfermedad celíaca.
“Esto es un debate polémico entre especialistas, ya que a veces es más por el efecto placebo, el creer el paciente que va a mejorar su salud con una dieta sin gluten, que por el verdadero resultado de suprimir esta proteína tan importante de nuestra alimentación”, advierte.
“No debemos perder de vista que la fibra y otros alimentos, productores de gases, suele empeorar las molestias del SII con frecuencia, particularmente en aquellos que sufren diarrea; pero debemos tener en cuenta que las fibras son útiles contra el estreñimiento”, subraya.
- Doctor de Madaria, ¿Disponemos de medicinas eficaces contra el síndrome del intestino irritable?
“Las medicinas es adecuado reservarlas para tratar los síntomas intensos, ya que su efectividad, ocasionalmente, es pequeña. Hay pacientes que mejoran con medicinas que alivian los espasmos intestinales y otros con medicinas que promueven el movimiento del intestino”, atestigua.
“Las molestias -continúa- se pueden aliviar con fármacos antidepresivos, en determinados casos, al modular la sensibilidad e hipersensibilidad intestinal al dolor. Antidiarreicos y laxantes son útiles para tratar diarrea y estreñimiento”, apunta.
“Además, los antibióticos pueden resultar efectivos en algunos pacientes, sobre todo si existe un sobrecrecimiento bacteriano intestinal”, completa el especialista en aparato digestivo.
- Para concluir, doctor, ¿Cuándo debe consultar al médico una persona que sufre dolores intestinales?
“Siempre que las mujeres y los hombres sufran dolor un abdominal insistente tienen que pedir cita a su médico de cabecera para descartar algún tipo de trastorno intestinal no diagnosticado, más aún si sus heces muestran un aspecto extraño”, dice.
“Nadie tiene que aguantar diarreas y estreñimientos crónicos sin la ayuda de la medicina. Mejorar nuestra capacidad intestinal y evacuatoria nunca está de más, muy al contrario, nos permite una calidad de vida superior”, concluye el Dr. Enrique de Madaria Pascual.