España, 21 de noviembre 2023--Día Europeo para el uso prudente de los antibióticos (18 de noviembre)
y Semana Mundial contra la Resistencia a los Antibióticos (del 18 al 24 de noviembre).
Por ello, múltiples asociaciones médicas y farmacéuticas han ofrecido recomendaciones y consejos para concienciar a la población sobre este problema que afecta directamente a la salud general.
Según algunos datos extraídos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), coordinado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), España es uno de los países de la Unión Europea que más ha reducido su consumo de antibióticos en los últimos años. Se ha disminuido en un 17 % su utilización en humanos y en un 61 % en animales (entre los años 2014 y 2022).
Sin embargo, sigue ocupando el séptimo lugar en el “ránking” de consumo de estos fármacos.
Con motivo de la celebración del Día Europeo del uso prudente de los Antibióticos, el doctor Roi Piñeiro Pérez, coordinador del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda que “aunque los antibióticos son armas muy poderosas y beneficiosas, si no las usamos bien pierden toda su utilidad”.
De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las resistencias antimicrobianas constituyen una de las 10 principales amenazas para la salud. Para avanzar hacia un uso correcto de los antibióticos y frenar la resistencia a los mismos es necesario mejorar, por una parte, la concienciación de la población para que utilice de forma adecuada estos fármacos y, por otra, la formación de los sanitarios para que los prescriban correctamente.
“La formación entre los profesionales sanitarios en el uso de esta intervención farmacológica es muy variable y, en muchos aspectos, deficiente”, señala el doctor Piñeiro.
::: ¿Cómo hacer un buen uso de los antibióticos? :::
En la semana contra la resistencia a los antibióticos, la Asociación Española de Pediatría (AEP), ha lanzado una serie de recomendaciones para evitar que esto suceda.
Estas son las cinco recomendaciones del Comité de Medicamentos de la AEP para un buen uso de los antibióticos:
Prescripción adecuada por parte del facultativo. En ocasiones se administra un antibiótico “por si acaso” sin saber con certeza que exista una infección bacteriana. Casi siempre, ocurre por miedo a dejar una posible infección de este tipo sin tratamiento. La clave para revertir esta tendencia es la formación continuada de los profesionales sanitarios.
Si se pauta un tratamiento con antibióticos por una sospecha de infección bacteriana, se debe suspender una vez que se demuestre que la infección está producida por otra causa. Ya sea un virus u otro microorganismo.
No se debe mantener el tratamiento con antibióticos durante más tiempo del necesario. Cada enfermedad necesita un número de días que están bien definidos en protocolos y documentos de consenso.
No tomar antibióticos en caso de gripe, infección vírica, dolor o catarro. Hay que recordar que solo son efectivos contra las bacterias y, si los tomamos aleatoriamente para tratar otras infecciones o dolencias, no serán eficaces cuando realmente los necesitemos.
Aunque cada vez es menos frecuente, es fundamental recordar que nunca se deben tomar antibióticos sin prescripción médica. Aunque tengamos una caja de antibióticos con pastillas sobrantes de alguna receta anterior, no se deben tomar si no ha existido previamente una prescripción facultativa.
::: Antibióticos y medioambiente :::
Además de un uso inadecuado de los antibióticos, el medioambiente juega un papel clave en la generación de estas resistencias. Es el escenario donde las bacterias se adaptan y se intercambian genes de resistencia entre ellas, lo que les permite sobrevivir y multiplicarse incluso en presencia de antibióticos. Debido a este motivo, SIGRE trabaja desde la perspectiva de una gestión de los residuos de medicamentos, un uso responsable de los medicamentos y la sensibilización ciudadana.
Se ha demostrado que las bacterias presentes en los suelos y en el agua son capaces de desarrollar resistencia al entrar en contacto con sustancias antibióticas que han sido liberadas de la actividad humana. Debido a la farmacorresistencia, los antibióticos (en el caso de las bacterias) y otros medicamentos antimicrobianos pasan a ser ineficaces. El principal problema de ello es que las infecciones son cada vez más difíciles o imposibles de tratar.
Las enfermedades farmacorresistentes podrían llegar a causar 10 millones de muertes anuales en 2050 en el mundo. Es por esto que SIGRE recuerda que se hace imprescindible abordar este problema a través de una estrategia One Health o de “una única salud” que integre la salud humana, sanidad animal y medioambiental.
::: Más prevención :::
Por otro lado, la ONG Farmamundi reivindica la necesidad de contar con más acciones de divulgación, prevención y un uso racional de estos medicamentos.
Recuerda que la resistencia a los antibióticos pone en peligro la eficacia de muchos tratamientos médicos como las cirugías mayores, los trasplantes de órganos, la quimioterapia contra el cáncer o el cuidado de los recién nacidos prematuros. Además, tiene un alto costo económico y social, ya que aumenta la duración de las enfermedades, las estancias hospitalarias y la necesidad de obtener medicamentos más caros.
Desde Farmamundi, indican que la resistencia a los antibióticos es un problema grave que afecta a todo el mundo, pero especialmente a los países empobrecidos.
“Esto es debido a la falta de servicios de salud adecuados que puede llevar a un uso inapropiado, al acceso reducido a antibióticos de tercera generación y por no contar con sistemas de agua y saneamiento óptimos. La escasez de agua potable y de saneamiento en muchos países puede fomentar la propagación de microorganismos patógenos, algunos de los cuales pueden ser resistentes a los tratamientos con antibióticos”, afirma la farmacéutica Raquel Carnero.
::: Mayor concienciación para un mejor uso :::
Para lograr concienciar a la población sobre el buen uso de estos medicamentos, los profesionales de Farmamundi han elaborado una lista de consejos para evitar riesgos.
Usar los antibióticos de manera prudente, solo cuando sean necesarios y siguiendo las indicaciones del médico.
No compartir ni guardar los antibióticos sobrantes.
Obtener siempre un diagnóstico y una prescripción médica.
Adoptar hábitos de higiene personal y ambiental que prevengan las infecciones, como el lavado de manos.
Tener el calendario de vacunaciones al día (a lo largo de toda la vida).
Apoyar las iniciativas locales, nacionales e internacionales que promuevan el uso racional de los antibióticos y el desarrollo de nuevos medicamentos.