España, 5 de junio de 2024 ::: Un trabajo, liderado por investigadores del Clínic Barcelona-IDIBAPS,
ha reanalizado todos los metaanálisis realizados a escala global sobre los efectos del cambio climático y la contaminación atmosférica sobre la salud mental y ha encontrado asociaciones importantes entre el aumento de temperatura y el incremento de mortalidad por suicidio o trastornos mentales. También se ha relacionado la exposición a varios contaminantes con una mayor incidencia de demencia o deterioro cognitivo.
Los efectos directos del cambio climático y la contaminación en la salud física de las personas, como los problemas cardiorrespiratorios o sus efectos cancerígenos, son ampliamente conocidos. También existe una gran preocupación por el impacto que genera en la salud mental, pero hasta ahora no se había realizado un análisis completo de la evidencia existente.
Para el estudio publicado en la revista World Psychiatry se han revisado todos los metaanálisis publicados hasta el momento en los que se relacionaba cambio climático o contaminación atmosférica con salud mental para agrupar todos los resultados obtenidos en un gran metaanálisis (lo que se conoce como umbrella review) de donde poder extraer conclusiones sólidas.
El metaanálisis lo han liderado el grupo Imagen de los trastornos relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad (IMARD), dirigido por Joaquim Raduà, y el de Trastornos bipolares y depresivos, encabezado por Eduard Vieta, jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Clínic Barcelona, ambos también miembros de la Universidad de Barcelona y del área de Salud Mental del CIBER (CIBERSAM).
::: Múltiples impactos
Uno de los resultados más importantes es la asociación que se ha encontrado entre el aumento de la temperatura y los incrementos de suicidios. Concretamente, se ha estimado que el calentamiento global puede haber hecho aumentar un 5 % de casos de suicidios y se prevé que este aumento llegue al 7% de cara a 2050. También se ha visto un incremento de comportamientos suicidas e ingresos en hospitales debido a esta problemática.
"Estos datos sobre el impacto del cambio climático en la salud mental se añaden a los que ya conocíamos sobre el impacto en la salud física, obligándonos en mayúsculas a impulsar urgentemente iniciativas globales para luchar contra el cambio climático", comenta Joaquim Raduà, primer autor de este artículo.
Joaquim Raduà y su equipo también han encontrado que la exposición a largo plazo a disolventes está relacionada con una mayor incidencia de casos de demencia o deterioro cognitivo. Concretamente, la exposición a niveles elevados de productos como el tolueno (utilizado en pinturas, esmaltes, barnices y adhesivos, entre otros) aumenta la probabilidad de desarrollar uno de estos trastornos.
::: Riesgos graves para la salud
"El uso de estos disolventes plantea riesgos graves para la salud, especialmente en países de renta baja o media, donde las alternativas a estos materiales tan económicos son difíciles de encontrar para la construcción o fabricación", comenta Michele De Prisco, investigador del IDIBAPS y coprimer autor del estudio. “Debido a que son productos que se utilizan a escala mundial, se espera que las emisiones de estos contaminantes se dupliquen de cara a 2030, lo que es alarmante teniendo en cuenta que ahora sabemos que no sólo tienen un riesgo ambiental, sino que también afectan seriamente a la salud mental”, añade.
En este estudio también se indica que exponerse durante el segundo trimestre del embarazo a partículas contaminantes (que pueden contener una variedad de sustancias como benzopirenos, furanos o metales pesados) provenientes de combustibles fósiles y actividades industriales, puede incrementar la incidencia de depresión postparto.
El contacto en el segundo trimestre del embarazo a partículas contaminantes procedentes de combustibles fósiles e industria puede incrementar la incidencia de depresión postparto
Por último, también se ha encontrado que la exposición a altos niveles de dióxido de azufre (proveniente de la combustión de petróleo y otros combustibles sólidos en la industria) puede incrementar el riesgo de recaída en pacientes con esquizofrenia.
“Gracias a este estudio, ahora tenemos evidencia robusta del impacto negativo de que el cambio climático y la contaminación están ejerciendo sobre la salud mental en todo el mundo. Estos resultados pueden utilizarse para informar a las autoridades y aumentar la sensibilización pública sobre el impacto de la contaminación atmosférica y los riesgos del cambio climático en la salud mental y así buscar y aplicar medidas para prevenirlo”, afirma Raduà.