España, 26 de junio de 2024 ::: A partir del próximo día 1 de julio estará disponible en las farmacias españolas
un nuevo medicamento indicado para la diabetes tipo 2 y la obesidad, Mounjaro, cuyo principio activo, la tirzepatida, “potencia” los resultados, mejorándolos, de otros medicamentos similares en el mercado como ozempic. Todavía no está financiado por el sistema público.
Así lo han destacado expertos en Endocrinología y Nutrición en la presentación de Mounjaro, comercializado por la compañía Lilly, de administración subcutánea semanal en dosis de 5, 10 y 15 mg, aunque a España solo llegarán, por ahora, las dos primeras, las más utilizadas.
De momento, el nuevo medicamento no está financiado por el sistema público, aunque desde la compañía están en negociaciones con el Ministerio de Sanidad para que así sea; de esta forma, el precio de Mounjaro, que solo se dispensará en farmacia con prescripción médica, es de 271 euros mensuales con el tratamiento de 5 mg, que en el caso de la de 10 mg se eleva a 358 euros.
El tratamiento comienza de forma escalonada con una dosis de 2,5 mg durante 4 semanas, cuando se sube a 5 mg. Si no se consigue los resultados esperados, se vuelve a subir hasta los 7,5 mg durante otras cuatro semanas, para de ahí pasar a 10, ha explicado José Antonio Sacristán, director médico de Lilly España.
::: ¿Qué diferencia a Mounjaro de los otros medicamentos?
La principal diferencia con la semaglutida -en la que se basan medicamentos como ozempic o wegovy– es que estimula dos y no solo una hormona que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducen el apetito: además del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), activa el péptido insulinotrópico dependiente de la glusosa (GIP).
Y eso es “lo que marca la diferencia” y hace a Mounjaro “potenciar” los resultados de la semaglutida, ha aclarado Javier Escalada, presidente de la Fundación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (FSEEN).
::: Indicaciones y mecanismo
Mounjaro ha sido aprobado con dos indicaciones: para la diabetes tipo 2 -que afecta a uno de cada siete adultos en España, la segunda tasa más alta de Europa- y para el control del peso en personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 27 y con al menos una complicación derivada del exceso de peso o con obesidad -IMC superior a 30-.
Su mecanismo de acción, además de favorecer el control glucémico, hace que disminuya el apetito, aumente la sensación de saciedad y se reduzca el exceso de grasa.
Respecto a la diabetes, en los ensayos con terzapatida, más del 90 % de los pacientes lograron el control glucémico y más de la mitad alcanzaron la normalización -frente al 19,7 % que lo consigue con semaglutida-, con pérdidas de peso de media de hasta 12,4 kg, el doble que el componente del ozempic, que es de 6,2 kg.
Sobre la segunda indicación, en personas con sobrepeso y obesidad sin diabetes, tirzepatida reduce de media hasta el 22,5 % (23,6 kg) del peso a la semana y, además, 4 de cada 10 pacientes consiguieron una pérdida igual o superior al 25 %, cifras que solo da la cirugía bariátrica.
La práctica totalidad, el 96 %, tuvieron una reducción de su peso igual o superior al 5 % al cabo de 72 semanas de tratamiento. También ha arrojado resultados “espectaculares” en la reducción del perímetro de la cintura de hasta 20 cm.
Todo lo cual repercute en un beneficio en parámetros cardiometabólicos clave, como el descenso de los triglicéridos (24,3 – 31,4 %), de la tensión arterial (tanto sistólica como diastólica) y un impacto positivo en los niveles de colesterol (con mejorías en el HDL y reducciones en LDL).
“Es para personas decididamente enfermas: no estamos hablando de pérdidas de peso ocasionales para irse a la feria”, ha puntualizado Mar Malagón , presidenta de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo, que ha recordado que la obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial basada en la disfunción del tejido adiposo que afecta al 18 % de los adultos en España.
::: Atención a su uso inadecuado
Lo que hay que entender de estos fármacos, que se vienen utilizando indebidamente para eliminar unos pocos kilos, es que “si no tienes necesidad de ellos, no te va a hacer ningún favor. Alterar todo un sistema hormonal puede provocar efectos perjudiciales a largo plazo”, ha advertido.
Uno de sus efectos secundarios es la pérdida de masa muscular -que puede y debe mitigarse con la práctica de ejercicio, si bien la pérdida de peso es tres veces superior.
Otros son leves y muy similares a los de la semaglutida, como náuseas, diarrea y vómitos. Solo un 4,2 % de los pacientes tuvo que abandonar el tratamiento.
La terzapatida -de la que un reciente estudio de la Universidad de California en San Diego ha demostrado su potencial como primer tratamiento farmacológico eficaz para la apnea obstructiva del sueño- está contraindicado para personas con antecedentes de pancreatitis, así como en mujeres embarazadas, pues no se han realizado estudios de seguridad y eficacia de momento.