España, 16 de julio de 2024 ::: Las autolesiones no suicidas son daños que se inflige una persona deliberadamente,
pero que no tiene la finalidad de acabar con su vida. Recientes estudios ponen de relieve que las personas que se autolesionan pueden generar una adicción a este tipo de daños con graves consecuencias para la salud, en especial de los adolescentes.
En concreto, algunos adolescentes y adultos jóvenes parecen desarrollar con cierta rapidez comportamientos compatibles con una adicción a las autolesiones no suicidas.
Uno de cada cuatro adolescentes en el mundo presenta una autolesión no suicida y un 2 % de los adolescentes españoles tendrá un intento de suicidio a lo largo de su vida.
Estas y otras conclusiones se recogen en el libro “The Oxford Handbook of Nonsuicidal Self-Injuri”, escrito por profesionales de la salud para dar visibilidad y hacer una revisión a las últimas investigaciones sobre el tema.
En él, participa el doctor Hilario Blasco-Fontecilla, investigador de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y director médico del centro de Bienestar Emocional Emooti, junto a otros expertos internacionales.
Una verdadera adicción
Algunos estudios muestran como la subida de beta-endorfinas en sangre de las personas que se autolesionan puede ser similar a la que se produce cuando se consumen drogas, tabaco o alcohol, generando así una adicción.
Además, el psiquiatra explica que el estado emocional que precede a las autolesiones no suicidas puede compartir los síntomas aversivos de abstinencia que experimentan otras adicciones.
La probabilidad de que un adolescente que se autolesiona intente suicidarse es de un 30 %, siendo el riesgo aproximadamente el doble que el de un adulto.
En el caso de los adultos que presentan autolesiones no suicidas, alrededor del 15-20 % terminan intentando suicidarse posteriormente.
“Es por ello que los adolescentes con autolesiones no suicidas cumplen criterios suficientes para considerarlos como personas con riesgo de suicidio”, añade Blasco-Fontecilla.
::: Causas de las autolesiones no suicidas
El psiquiatra señala que las autolesiones pueden tener diversas causas, entre ellas el uso como una forma de autorregulación emocional para sentir alivio, mejorar el estado de ánimo o evitar cometer otros actos.
En ciertos casos, también se pueden considerar como llamadas de atención hacia su entorno social más cercano o como una manera de buscar sensaciones como la libertad o la evasión del vacío.
::: El uso de los dispositivos tecnológicos
Además, otro de los factores que puede incidir en los altos índices de autolesión y suicidio es el mal uso de dispositivos móviles con acceso a Internet.
Según el investigador, entre 2019 y 2022, el uso de las nuevas tecnologías en los suicidios ha aumentado del 33,5 % al 51,5 % debido a que puede ser un medio usado para generar violencia (sextorsión, ciberacoso) o informarse sobre como llevar a cabo autolesiones o suicidio.
“El 97 % de los niños con 12 años, ya tienen un dispositivo de última generación”, afirma el experto.
El profesional recomienda a los padres monitorizar el uso de los menores de las redes sociales, si siguen a influencers y cuentas que promuevan este tipo de lesiones y comportamientos nocivos, si visitan paginas web relacionadas con las autolesiones y el suicidio, etc.
::: Cómo prevenir la situación
El investigador divide las intervenciones más efectivas para prevenir las autolesiones y los intentos de suicidio en dos: las intervenciones normalizadas y las terapéuticas.
En primer lugar, explica que es necesario que los adolescentes tengan válvulas de escape como el deporte, un instrumento musical o el dibujo, es decir, algo que permita expresar y canalizar las emociones de manera normalizada.
A nivel terapéutico señala que hay técnicas, sobre todo, enfocadas en la regulación de emociones.
“Hay una terapia específica que ha demostrado una gran eficacia. Esta es la terapia de la dialéctica conductual, que sirve para darse cuenta de que cosas piensa la persona antes de realizar las autolesiones para, posteriormente, poder evitarlas”, subraya el doctor.
::: Un asunto de salud pública
El investigador de la UNIR incide en que es un asunto de salud pública importante, sobre todo en los adolescentes ya que uno de cada cuatro en el mundo presenta una autolesión no suicida.
“Las autolesiones son como si el adolescente pusiera el semáforo en ámbar para pedir ayuda. Si no acudimos a tiempo, el riesgo de que pasen a un intento de suicidio es muy elevado”, indica el profesional.
Además, explica que las personas que exhiben sus autolesiones suelen tener fuertes deseos de continuar haciéndolo.
Según datos de la Fundación ANAR, entre 2019 y 2022, sólo el 44 % de los niños, niñas o adolescentes con conducta suicida ha recibido tratamiento psicológico.
Además, entre 2012 y 2022, los casos atendidos en ANAR por ideación suicida se han multiplicado por 23,7 y los intentos de suicidios por 25,9.
El psiquiatra insiste en que el bienestar de los niños y adolescentes es una emergencia de salud pública. “La preocupación por parte de familias, colegios, asociaciones, medios de comunicación y la propia administración pública sobre el bienestar