España, 06 de febrero de 2025 ::: Los mitos y creencias como que la mutilación genital femenina (MGF)
favorece tener más hijos o que mejora la fertilidad son losas en el camino a la erradicación de esta forma de violencia de género. Una lucha en la que la formación del personal tanto sanitario como educativo o social que trabaja para prevenirla es clave.
Con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, Médicos del Mundo hace hincapié no solo en acabar con los mitos y creencias, también en la importancia de visibilizar el papel de las mediadoras interculturales, que establecen puentes entre las comunidades afectadas y los profesionales de la salud.
La mutilación genital femenina perjudica la salud de mujeres y niñas, es una forma de violencia de género y vulnera los derechos humanos. Por eso la ONG ha puesto sobre la mesa los distintos mitos en torno a esta práctica y que trata de erradicar con mediadoras interculturales.
Aunque en España es un delito, se calcula que más de 3.600 niñas menores de 14 años se encuentran en riesgo de sufrirla, fundamentalmente las que proceden de países como Nigeria, Senegal, Gambia, Guinea o Ghana, según un estudio de 2019 elaborado por la Fundació Wassu-UAB y promovido por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
::: El papel de las mediadoras
Las mediadoras interculturales han conseguido ser referentes en el activismo contra la mutilación y generar espacios de confianza dentro de su propia comunidad, en los que se comparten experiencias y desmitifican argumentos sobre esta práctica.
Médicos del Mundo abunda en que cuando un profesional de la salud sabe comunicarse con las posibles víctimas, respeta sus vivencias “sin prejuicios ni estereotipos”, hay mucha diferencia respecto a cuando desconoce cómo hacerlo.
Por eso, considera “imprescindible” que quienes atienden a las supervivientes de MGF tengan formación para trabajar “en contextos multiculturales” un ámbito en el que considera que las mediadoras son “figuras clave”.
De hecho, Médicos del Mundo estima que solo así “la intervención será realmente significativa para todas las partes”. Por eso, apuesta por dar un mayor protagonismo a la figura de la mediación intercultural en el abordaje sociosanitario de la mutilación genital femenina.
Así, reclama su incorporación en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para garantizar una atención “accesible e inclusiva” a las supervivientes.
En 2024, la ONG sanitaria ha atendido en España a más de 700 mujeres en el marco de los proyectos de prevención.
Diez mitos y creencias sobre la mutilación genital femenina que hay que desmontar
La ONG quiere contribuir, a través de la información y divulgación, a desterrar los mitos y creencias vinculadas a la mutilación genital femenina “que se dan por ciertas pero no lo son”:
La religión obliga: Ninguna religión exige practicarla. Tiene que ver con la zona y con la etnia. Surge en el antiguo Egipto y no aparece en el Corán ni es propia de ningún otro credo. Hay estados islámicos en los que no se practica, como Marruecos, Argelia o Arabia Saudí. También se realiza por parte de personas cristianas, como en Nigeria y Camerún.
Se practica en toda África: Está culturalmente aceptada en algunas comunidades africanas, pero no se lleva a cabo en todo ese continente. Hay comunidades que la hacen en parte de Oriente Medio y Asia, así como en indígenas de Latinoamérica.
Es más higiénica: No, todo lo contrario. Puede provocar hemorragias, infecciones urinarias y vaginales debido a la acumulación de sangre, así como fístulas. También enfermedades como el tétanos, VIH o hepatitis e incluso la muerte.
Es buena para las niñas: Se considera que, si la niña no tiene hecho el corte, será rechazada para el matrimonio, lo que implica que no podrá tener su futuro garantizado. Esta visión debe contrarrestarse, advierte Médicos del Mundo, con las “graves consecuencias” para la salud, tanto inmediatas como a medio y largo plazo. También para la salud mental, puesto que puede producir estrés postraumático, depresión, ansiedad, miedos y cambio de actitud en jóvenes.
Es una costumbre y una tradición: en este punto la ONG alerta de que si una práctica perjudica la salud y atenta contra los derechos fundamentales de mujeres y niñas se debe cambiar por otra que permita garantizar su bienestar. Se pueden celebrar ritos de iniciación que incluyan la mutilación genital.
Se puede equiparar con la circuncisión masculina: No. Las dos son muy diferentes. La circuncisión no tiene las mismas repercusiones negativas ni en la salud ni en la sexualidad.
Las mujeres tienen más hijos: No. No aumenta la fertilidad y además pueden provocar partos complicados y mayor riesgo de mortalidad neonatal. En ocasiones, las infecciones pueden derivar en infertilidad.
Garantiza la fidelidad de la mujer y que llegue virgen al matrimonio: No. La ONG subraya que la fidelidad no depende de tener o no clítoris. Una mujer que no haya sido mutilada, tiene mejor salud y es más probable que disfrute más de su pareja. Tampoco garantiza la virginidad hasta la boda. “A través de la educación se pueden transmitir estos valores sin que se tenga que producir este daño físico a mujeres y niñas”.
Evita problemas de salud en los bebés y la transmisión de enfermedades a los hombres: No.
El hombre obtiene mayor placer en las relaciones sexuales: No. Médicos del Mundo argumenta que la persona disfruta mas cuando la otra persona también disfruta, sin embargo, la mujer víctima de mutilación genital femenina tiene menos probabilidad de sentir placer