México, 10 de febrero de 2025 ::: La fiebre es un síntoma que sirve como indicador de enfermedad y aparece
como respuesta defensiva a infecciones como la gripe. Los pediatras ofrecen una serie de recomendaciones para los padres cuando se detectan temperaturas altas en los niños.
El Hospital Gregorio Marañón ha lanzado una serie de consejos para padres sobre cómo manejar la fiebre en niños y bebés en su canal oficial de Youtube.
El Servicio de Pediatría del hospital recuerda que la fiebre actúa como indicador de enfermedad, por lo que resulta útil para tener una vigilancia activa.
Sin embargo, es necesario hacer caso a ciertas recomendaciones de los expertos y no cometer algunos errores con el fin de atacarla.
Consejos para padres
En este sentido, Felipe González, pediatra del Hospital Gregorio Marañón, explica que la fiebre es “beneficiosa” ya que ayuda a combatir las infecciones de los niños.
El experto ofrece ocho consejos para manejar la fiebre en los niños:
1.- No se debe estimar la temperatura con la mano, siempre hay que usar un termómetro para cuantificar la temperatura. En el caso de los lactantes, podemos tomar la temperatura por vía rectal, mientras que en niños más mayores se utiliza comúnmente la axila para estimarla.
2.- No es recomendable abrigar al niño cuando está con fiebre. Conviene destaparle, dejarle con ropa ligera y con las extremidades al aire libre, lo que permitirá que transpire mejor y facilitará su vigilancia. Además, la temperatura ambiental de la habitación debe oscilar entre los 20-22 grados.
3.- No se deben dar baños de agua fría para bajar la fiebre. El contraste de la temperatura puede provocar malestar, temblores e incluso convulsiones en el niño. Sin embargo, se puede dar un baño con agua tibia de unos 2-5 grados menos de la temperatura del pequeño en ese momento. Tampoco deben utilizarse compresas de agua fría o alcohol con este fin; en su lugar, son recomendables compresas de agua tibia.
4.- Si la temperatura supera los 38 grados, se recomienda el tratamiento con antitérmicos como el paracetamol o el ibuprofeno, siempre siguiendo las indicaciones y dosis pautadas por el pediatra. Nunca se debe hacer uso de la aspirina en niños sin indicación médica. Además, tampoco recomienda alternar entre antitérmicos, ya que puede causar confusión en los padres y provocar errores en la toma. El uso de un único antitérmico garantizará una mayor eficacia.
5.- No se debe dar antibióticos sin prescripción médica. Si la fiebre se prolonga en el tiempo o el niño sigue sin encontrarse bien, se recomienda acudir al pediatra para que paute el tratamiento más adecuado. Asimismo, todo niño menor de un mes y, en general. menor de 3-6 meses, debe ser valorado por un pediatra en el caso de que tenga fiebre.
6.- Cuando el niño tiene fiebre y pierde el apetito, no hay que forzar la alimentación. No hay que obligar a que tomen líquidos, pero sí ofrecerlos de manera continuada para mejorar su hidratación. En el caso de los bebés, se debe mantener la lactancia materna. Pude ser útil una alimentación fraccionada. Además, resulta útil ofrecer alimentos en pequeñas cantidades o en varias tomas durante los momentos de mejoría.
7.- Durante las primeras 24-48 horas en las que aparece la fiebre, la temperatura está en ascenso. En este sentido, el objetivo es mantener la temperatura y no bajarla, por lo que no debemos pensar que los antitérmicos no están siendo efectivos. Además, el paracetamol o el ibuprofeno tarda unos 30-60 minutos en hacer efecto, sobre todo si se dan con alimentos.
8.- No debemos pretender que el niño esté igual de activo que siempre cuando tiene fiebre, es normal que esté un poco más decaído y menos activo. Debemos dejar que el niño tenga su propio ritmo de recuperación, estimulándole para que no esté siempre tumbado. Cuando el niño empiece a estar activo, es probable que el proceso que le ha producido la fiebre este remitiendo y se esté recuperando.