Millones de personas toman aspirina sin conocer sus riesgos

Alemania, 14 de febrero de 2025 ::: Han pasado cinco años desde que cambió el histórico consejo médico sobre

tomar una pequeña dosis diaria de aspirina para prevenir infartos e ictus, una recomendación que ha quedado desfasada para gran parte de la población. Sin embargo, muchas personas aún desconocen esta actualización en las directrices sanitarias. Por ejemplo, en Estados Unidos, casi la mitad de los adultos sigue creyendo, de forma equivocada, que tomar aspirina a diario es más beneficioso que arriesgado, una idea errónea que podría estar poniendo en peligro la salud de quienes la toman con regularidad.

En concreto, según una reciente encuesta realizada a 1.771 personas del Centro Annenberg de Políticas Públicas de la Universidad de Pensilvania, el 48 % de los adultos sigue creyendo erróneamente que los beneficios de tomar una dosis baja de aspirina diaria superan a los riesgos. Más preocupante aún, otro 39 % de los encuestados se mostró inseguro sobre esta cuestión, y solo un 13 % está al tanto de las recomendaciones actuales.

Un giro radical en las directrices médicas

Todo cambió en 2019, cuando el Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón publicaron nuevas directrices sobre el uso preventivo de la aspirina. La actualización fue significativa: ya no se recomienda el uso rutinario de aspirina en dosis bajas (75-100 mg) para adultos mayores de 70 años ni para cualquier persona con mayor riesgo de hemorragia.

Posteriormente, en 2022, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos fue más allá, desaconsejando el uso preventivo de aspirina a todas las personas de 60 años o más. Esta recomendación se basa en que los riesgos de hemorragia gastrointestinal superan los potenciales beneficios cardiovasculares en estos grupos de edad.

Hábito difícil de cambiar

La persistencia de esta práctica es notable. Según un estudio de 2019 financiado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, tan solo en Estados Unidos, aproximadamente 29 millones de personas mayores de 40 años sin cardiopatías toman aspirina de forma preventiva, y de ellas, 6,6 millones lo hacen sin recomendación médica.

Por su parte, la encuesta de Annenberg revela otro patrón preocupante: entre las personas sin antecedentes de cardiopatía, el 26 % de los mayores de 60 años toma aspirina al menos una vez al mes, en comparación con el 12 % de las personas entre 40 y 59 años y el 15 % de aquellos entre 18 y 39 años.

¿Por qué el cambio?

La aspirina, siendo un anticoagulante, puede ayudar a prevenir la obstrucción de las arterias y reducir el riesgo de ictus o infarto de miocardio. Sin embargo, este mismo mecanismo aumenta el riesgo de hemorragias internas graves, especialmente en el sistema digestivo, lo que puede causar inflamación y daños en el revestimiento del estómago.

¿Quién debería tomar aspirina?

Las nuevas directrices sobre el uso preventivo de la aspirina son claras y establecen diferentes recomendaciones según la edad y el perfil de riesgo de cada persona.

Para empezar, los adultos mayores de 70 años deben evitar su uso preventivo. De igual manera, está desaconsejada para cualquier persona que presente un mayor riesgo de hemorragia, independientemente de su edad. En cuanto a los adultos entre 40 y 70 años, el uso de aspirina podría considerarse únicamente si tienen un mayor riesgo de cardiopatía, pero no presentan riesgo de hemorragia. Específicamente para el grupo de edad entre 40 y 59 años, la recomendación es aún más precisa: solo deberían considerar su uso si su riesgo cardiovascular a 10 años es igual o superior al 10 %.

La importancia del consejo médico

Es fundamental destacar que estas recomendaciones se aplican específicamente a la prevención primaria en personas sanas, ya que para quienes han sufrido un infarto, un ictus o tienen diagnóstico de enfermedad cardiovascular, las indicaciones pueden ser diferentes.

Las normas globales sobre el uso preventivo de aspirina han cambiado porque la ciencia misma evoluciona, transformando lo que antes era una recomendación general en una sugerencia muy específica para ciertos grupos.

Como señala la Dra. Kathleen Hall Jamieson, directora del Centro Annenberg de Políticas Públicas, "los hábitos respaldados por la sabiduría convencional y los consejos pasados de los profesionales sanitarios son difíciles de romper".

Las nuevas directrices enfatizan así que "la forma más importante de prevenir la enfermedad vascular aterosclerótica, la insuficiencia cardiaca y la fibrilación auricular es promover un estilo de vida saludable durante toda la vida", y advierten que "la aspirina debe utilizarse con poca frecuencia en la prevención primaria rutinaria de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica debido a la falta de beneficio neto".

Por ello, si usted lleva años tomando aspirina "por si acaso", puede que sea momento de replantear esta rutina. Pero, antes que nada, el consejo de los especialistas es claro: nadie debería iniciar o suspender un régimen de aspirina sin consultarlo antes con un profesional de la salud, ya que cada caso puede ser distinto y es necesario valorar los factores de riesgo individuales.

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