El investigador Alberto Villaseñor Sierra dijo que no lavarse las manos es el mecanismo de transmisión más importante para contagiarse de hepatitis A, siendo los niños de dos años los más proclives a desarrollarla.
El experto adscrito al Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del IMSS en Jalisco agregó que esta forma de hepatitis, dado su amplio periodo de incubación, de 14 a 21 días, es la más transmisible.
“La gran transmisibilidad de la hepatitis A, estriba en que la mayor excreción del virus ocurre en el llamado periodo pre-ictérico, es decir antes de que aparezca la coloración amarillenta en la piel y los ojos del enfermo, y éste dura entre dos y cuatro semanas”.
Explicó que durante esta fase, las personas desarrollan los llamados síntomas pro-drómicos que incluyen náusea, vómito, falta de apetito, fatiga, malestar, fiebre no mayor a 39 grados, dolor muscular y de cabeza.
Comentó que en esta fase, el virus de la hepatitis A suele excretarse en mayor cantidad en heces fecales y en orina, “de ahí que quien entra en contacto con una persona enferma en esta etapa se contagiará fácilmente”.
Señaló que otro grupo de alto riesgo para contraer esta variante de hepatitis es el de hombres que tienen sexo con hombres, “es en esta fase, antes de que el enfermo adquiera la coloración amarillenta característica de esta enfermedad, cuando se deben establecer las acciones que limiten su diseminación”.
Explicó que se debe reportar de inmediato a la autoridad sanitaria y procurar que el enfermo utilice sólo un baño al que se aplicará cloro cada vez que el enfermo lo utilice, “es fundamental el lavado frecuente de manos y limpieza de alimentos”.
Indicó que en esta fase es importante aplicar la vacuna anti hepatits A, a quienes estuvieron en contacto con el enfermo y no tienen antecedentes de la enfermedad, “porque es sabido que quienes tuvieron hepatits A, difícilmente vuelven a desarrollarla, se produce inmunidad en el organismo de quien la padeció”.
Añadió que la coloración amarillenta o ictericia, “si bien es uno de los rasgos más evidentes de la hepatitis A, en el 20 al 25 por ciento de los casos no se presenta, factor que incrementa también la infectocontagiosidad de la enfermedad”.
Insistió en la importancia del lavado frecuente de manos sobre todo después de ir al baño y antes de tomar alimentos, “ante síntomas como náuseas, vómitos, malestar general, pérdida de apetito, dolor de cabeza y fiebre no mayor a 39 grados, se debe buscar atención médica inmediata”.
Afirmó que es conveniente procurar en los niños la aplicación de la vacuna antihepatitis A de inicio a “en tiempo cero y la otra a los seis meses de vida, el tiempo en que un niño que ya presenta la enfermedad debe quedar fuera de la escuela para evitar riesgos de transmisión, es 10 días después de que empieza a ponerse amarillo”.
“Si bien es una enfermedad que no deja secuelas de daño hepático, sí resulta muy incapacitante dado su largo periodo de evolución y autolimitación, por lo que la prevención es muy importante y está literalmente al alcance de la mano”, concluyó.