El Hospital General Regional (HGR) No. 110 del IMSS en Jalisco es uno de los dos en el país que, dentro del esquema de este organismo, ofrece una eficaz alternativa quirúrgica en el tratamiento de la Enfermedad de Parkinson.
En rueda de prensa, el director del nosocomio, Germán López Guillén, dijo que existen dos tipos de cirugía para control de este padecimiento, una es la lesional y la otra de neuromodulación, que consiste en la colocación de neuroestimuladores, para conseguir que el paciente recupere el control de sus movimientos.
Resaltó que este hospital, junto con el Siglo XXI de la ciudad de México, son los dos únicos que a nivel nacional dentro del IMSS, ofrecen esta opción quirúrgica, para este mal, cuyo día mundial se celebra el 11 de abril.
Destacó que la alternativa quirúrgica para el abordaje de la Enfermedad de Parkinson es relativamente reciente y se viene aplicando desde la década de los años 90, aunque ha sido en la última década, cuando ha tomado más auge.
Por su parte, el neurocirujano adscrito al nosocomio, Miguel Ángel Meza Bautista, aseguró que después del tratamiento farmacológico, la alternativa más eficaz para el control de la Enfermedad de Parkinson, es la colocación de neuroestimuladores.
“Estos neuroestimuladores se colocan en un promedio de tres horas en dos fases, siendo la primera de ellas, la realización de una trepanación pequeña, es decir, un pequeño orificio en el cráneo, para desde ahí llegar al núcleo cerebral seleccionado y colocar el neuroestimulador”, explicó.
En la primera fase, añadió que el paciente debe estar despierto, para determinar si el núcleo cerebral seleccionado para el neuroestimulador es el idóneo y consigue mejorar los síntomas.
“Si el paciente presenta rigidez y disquinesia, es decir, movimientos anormales, el sitio a estimular son los globulos pálidos, mientras que si la expresión del Parkinson es bradicinesia, es decir, lentitud, así como trastornos en la postura y temblor, el núcleo a tratar al interior del cerebro es el conocido como núcleo subtalámico”, dijo.
En la segunda fase del procedimiento, comentó que se coloca un marcapasos cerebral y el sitio donde se instala, es por debajo de la clavícula, bajo anestesia general.
Indicó que en este punto, existen dos tipos de marcapasos, el tradicional, cuya vigencia es de cuatro a cinco años, tras los cuales hay que cambiarle la pila, y el más moderno, o recargable, cuya validez es de nueve años.
Destacó que, en este punto, uno de los criterios para determinar si el paciente es candidato o no a la intervención, es precisamente que sea ordenado, disciplinado y esté al pendiente de los periodos de recarga del marcapasos, además de que tenga ocho o más años bajo tratamiento farmacológico y ya no responda al mismo.
Hasta la fecha, más de un centenar de personas, se han beneficiado con la alternativa quirúrgica para el tratamiento del Parkinson, afirmó el médico, quien señaló que el futuro apunta a la aplicación directa en el cerebro, de células madre que estimulen la producción de dopamina, pero esto aún está en fase experimental.
Por lo pronto, consideró que, con esta alternativa quirúrgica para el tratamiento del Parkinson, lo que se logra es mejorar sustancialmente la calidad de vida, de quienes padecen esta afección, que suele aparecer a partir de la sexta década de vida, con predominio en varones, en proporción de tres a una, en relación con las mujeres.